Por creatividad, yo entiendo la capacidad de las personas de manifestar sus emociones, sus ideas o sus pensamientos; a través de cualquier medio de expresión. En este sentido, la técnica fotográfica, como medio de expresión, permite al fotógrafo dar rienda suelta a sus impulsos creativos en mayor o menor grado, en función de la propia capacidad de la cámara. Por poner un ejemplo, si lo equiparásemos al lenguaje, la técnica fotográfica sería la propia lengua que, independientemente de la capacidad de expresión del hablante, permite al que quiere hablar hacerlo con una mayor o menor precisión, en virtud de la propia riqueza de la lengua.
En este sentido, si bien la fotografía automática es capaz en ocasiones de proporcionar al fotógrafo justo lo que busca, en la mayoría de los casos es una técnica limitada. Así, el juego con los diferentes ajustes de la cámara a través de un control manual de los mismos (el ISO, la apertura de diafragma, la velocidad de obturación, el ajuste de blancos, el enfoque, el flash, etc.), nos dará la opción de conseguir infinidad de efectos, y de elevar nuestra expresión a su cota más personal.
Asimismo, existen otros condicionantes más allá de la propia cámara, cuyo control es elemental en el proceso creativo desde el punto de vista de la fotografía: la iluminación, la perspectiva, la composición, el movimiento, el decorado, etc. Y de todos y cada uno de ellos os iré hablando en lo sucesivo. Estoy abierto, en todo caso, a que me planteéis dudas y a que vosotros mismos decidáis el tema de los futuros artículos del curso a través de vuestros comentarios. ¡Hasta la próxima!
Foto: Kenny McCormick
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