Como ya explicamos, la luminosidad de un objetivo es fundamental en fotografía. Cuanto más luminoso, más reducido es su número f y menos luz necesita para captar adecuadamente una escena. Esto se traduce no sólo en una mejor adaptación a las escenas oscuras, sino, como es lógico, en la posibilidad de trabajar con una mayor velocidad de obturación (las imágenes salen más nítidas) y el uso de una sensibilidad iso inferior (lo que se traduce en menos ruido).
Basta echarle un vistazo a las páginas de Canon, Tamron o Nikon para hacerse una idea de cuán importantes (y caros) son los objetivos luminosos. De hecho existe una relación directa entre la apertura de una lente y su precio.
Ahora bien: ¿nunca os ha dado por preguntaros dónde está el límite de luminosidad de un objetivo? O, en otra palabras: ¿cuál es el número f más reducido que ha existido nunca en la historia de la industria fotográfica?
Pues bien, el objetivo más luminoso y mítico de la historia está rodeado de controversias e interrogantes (conspiranoicas, todo hay que decirlo) y fue construido por Zeiss a petición de la NASA con el fin de realizar tomas en los viajes espaciales. Se trata de un 50mm Zeiss Planar con un número f de… ¡0´7!
Sin embargo, no fueron ni la NASA ni Zeiss los que popularizaron esta inverosímil lente, sino el genial director Stanley Kubrick, quien, desde que rodó en 1968 “2001: una odisea en el espacio”, contó en más de una ocasión con la colaboración de la agencia espacial norteamericana.
Los amantes de las conspiraciones afirman que ésta tenía una importante deuda con Kubrick desde que el director grabó en unos estudios secretos la presunta llegada del hombre a la Luna, pero no vamos a extendernos siquiera en analizar tamaña neurosis.
La cuestión es que el responsable de “La naranja mecánica” fue capaz de acoplar el objetivo Zeiss a una cámara de cine con un adaptador Kollmorgen fabricado expresamente para la ocasión por Cinema Products Corporation.
Toda esta historia tiene su razón de ser en los meticulosos métodos artísticos del genio neoyorkino, quien se negó a utilizar luces artificiales para el rodaje de “Barry Lindon” durante 1974.
Si queréis disfrutar de una fotografía singular e histórica, no dudéis en volver a ver esa maravilla pensando en cómo utiliza la lente para reproducir con absoluta naturalidad la luz de las velas y la penumbra.
[…] enciende en función de la distancia focal y la iluminación; y, lo más sobresaliente, una lente Carl Zeiss montada sobre un objetivo mecánico de apertura […]