Cuando he leído las especificaciones de la gama de compactas Powerflex de Rollei y le he echado un vistazo a su precio me he quedado un poco taciturno, planteándome de dónde procede esta marca y si es fiable. Pues bien, después de realizar un exhaustivo trabajo de investigación, no he tenido más remedio que escribir esta entrada para todos aquellos que quieren hacerse con su primera cámara automática sin complicarse demasiado la vida.
Rollei es una marca alemana fundada en 1920 que ha sacado auténticas bestias, las cuales han gozado además de un gran éxito durante los años 50. Réflex y cámaras de 35 mm con lentes de Carl Zeiss, toda una garantía de que estos teutones saben lo que se hacen.
La gama Powerflex es, obviamente, la gama más humilde de la marca, y ofrece, desde 79.90€ (no es broma) unas prestaciones que no tienen nada que envidiar a las consabidas Olympus, BenQ o Canon de gama baja.
Estas navidades tendremos a nuestra disposición tres modelos distintos: la Powerflex 400, la 500 y la 600 por 79.90, 99.90 y 129.90 euros respectivamente, con un diseño atractivo que permite llevarla hasta en el bolsillo de la chaqueta (sí, ya sé que hay muchas compactas que caben en dicho bolsillo; pero siempre forzando un poco).
El modelo más barato graba vídeo en HD con autofoco, dispone de zoom de cinco aumentos y hasta 32 estilos diferentes de disparo, incluyendo el tan solicitado efecto lomo. No está nada mal, la verdad.
Pero ojo, porque el modelo mediano ofrece nada más y nada menos que 16 megapíxeles, además de todas las especificaciones antes descritas a propósito de su hermana pequeña y un objetivo angular de 28 mm.
Por último, la Powerflex 600 (que es la novedad de cara a las navidades), rebaja los megapíxeles a 14 pero posee una mejor pantalla LCD, un objetivo de 25 mm y estabilizador de imagen (además de los modos de disparo).
A priori, una auténtica ganga.