Rollei también se apunta a las cámaras todoterreno

Debe ser que se acerca la Primavera o que el cambio climático está conduciendo a los fabricantes de cámaras a una especie de neurosis relativa a los climas extremos, porque con la de Rollei ya son tres las cámaras ultrarresistentes presentadas en lo que llevamos de mes (además de las tarjetas de memoria todoterreno de Samsung).

La cámara todoterreno Rollei Sportsline 62 ofrece unas prestaciones algo menores que las presentes en las siempre vanguardistas propuestas de Canon y Olympus, es cierto; pero también lo es que lo hace por un precio infinitamente más asequible.

Si los modelos de las marcas niponas son capaces de soportar la presión ejercida por el Kilimanjaro sobre su cuerpo, la Sportsline se contenta con soportar la presión del Peñón de Gibraltar (kilo arriba, kilo abajo); si la Olympus es capaz de sumergirse hasta las entrañas de la fosa de las Marianas, la Rollei tiene suficiente con aguantar un buen chapuzón en las orillas del Cantábrico (por ejemplo).

Aquí van sus nada desdeñables prestaciones: sensor de diez megapíxeles, sumergible hasta los tres metros de profundidad, soporta una caída desde un metro de altura (es aconsejable llevar un metro encima antes de dejarla caer), es capaz de funcionar con temperaturas extremas (entre los 45 grados positivos y los 35 grados bajo cero), pesa poco más de 100 gramos y sólo posee zoom digital (importante “pero”).

Eso sí, dispone de doble pantalla LCD: una detrás (como casi todas las cámaras digitales) y otra delante, suponemos que para hacer autofotos mientras surfeamos o para que nuestros amigos se puedan ver mientras se despeñan por los Picos de Europa. Por supuesto, también puede grabar vídeo en HD (que no Full) y funciona con pilas.

Saldrá en cinco vistosos colores por el irrisorio precio de 69,95 € (cómo son estos alemanes…) y parece una cámara ideal para niños patosos o para no irnos con nuestra cámara de veras a la playa.

Muy recomendable.