Acostúmbrense porque durante las próximas entregas podrán asistir a la presentación ininterrumpida, caótica y desproporcionada de nuevas cámaras de todos los tamaños y colores.
Sí, Photokina ya está aquí y todos los fabricantes están sudando la gota gorda para soltar su alarido digital y convencer al personal de que las suyas son, efectivamente, las mejores cámaras del mercado.
En esta ocasión seguimos con Canon, que tras presentar la 6D y la renovación de su compacta de gama alta, ahora nos sorprende (y cómo) con una bridge absolutamente demencial, dotada de una focal integrada que hace que uno se plantee las condiciones de posibilidad de la tecnología.
Atención (tomen aire): la nueva Canon PowerShot SX50 HS dispone de un objetivo no intercambiable cuyo rango focal va desde los 24 hasta los 1200 milímetros (suelten aire).
Es decir: nos hayamos ante una proeza de la tecnología (tenga o no sentido), ante una compacta capaz de ir más lejos que la mayor parte de las sin espejo o las réflex. Ahora bien: ¿qué pulso es capaz de sacarle partido a dicha focal en unas condiciones lumínicas medias?
En cualquier caso, el invento de Canon ofrece además una luminosidad de f3.4-5.8, 12 megapíxeles prietos en un sensor CMOS retroiluminado, una sensibilidad ISO que alcanza los 12.800, grabación de vídeo en Full HD y una pantalla articulada de 2,8 pulgadas.
Todo muy bonito y muy exagerado, aunque lo más interesante de esta PowerShot SX50 HS es, a mi parecer, que permite disparar en formato RAW y que dispone de controles de disparo manual (lo que la aleja de una compacta de gama media para convertirse en lo que siempre se ha conocido como una cámara bridge).
Su precio ronda los 500€ y está disponible desde ya mismo en todo el mundo.