La 56 edición del más prestigioso certamen fotográfico mundial, el archiconocido World Press Photo, acaba de presentar a los ganadores y finalistas en sus nueve categorías, mostrando que el fotoperiodismo en general, y el español en particular, viven un momento dulce.
Las mejores instantáneas de lo que ha acontecido en el mundo durante el pasado año nos trasladan a una realidad fascinante, que supera cualquier forma de ficción, montaje o género (es una opinión personal, obviamente).
El premio a mejor foto en la categoría absoluta se lo ha llevado el fotógrafo sueco Paul Hansen por una instantánea crudísima, en la que cientos de personas acompañan a los destrozados familiares de dos niños muertos durante un ataque de Israel contra Gaza.
La sola visión de los dos pequeños cadáveres y la expresión de absoluta impotencia de los que los llevan en brazos bastan para hacerse una idea cabal de lo que supone uno de los conflictos más cruentos que se están produciendo en la actualidad en el mundo (con la permisividad de gran parte de Occidente).
Por otra parte, tres han sido los fotógrafos españoles premiados en diferentes categorías: Bernat Armangué (categoría “Stories”) por otra toma del sufrimiento al que es sometida la población de Gaza; Daniel Ochoa de Olza (categoría “Observed portrait”) por su retrato al torero José Antonio Padilla; y Emilio Morenatti por una impresionante fotografía (dentro de la categoría “Contemporary issues”) en la que muestra los disturbios en Barcelona durante la huelga del 29 de marzo.
Como ya han comentado otras publicaciones, resulta, cuando menos, lamentable, que la mayor parte del trabajo de los fotógrafos españoles galardonados ha sido encargado y publicado por revistas y periódicos extranjeros.
El número de galardonados y el número de fotografías que merecen una revisión lenta y precisa es tal, que os dejo un par de enlaces para que podáis disfrutar (u horrorizaros) ante el trabajo de los mejores fotorreporteros del mundo.