No os dejéis engañar. Ni la industria fotográfica está viviendo buenos momentos ni los presuntos avances tecnológicos están propiciando una revolución de ninguna clase. Los datos son bien claros, y el cartel que corona esta entrada (obra de LensVid) sirve de ilustración.
Para empezar, durante el año 2013 la producción de cámaras fotográficas cayó un 40% con respecto al 2012 (que, a su vez, fue un muy mal año), y un 60 con respecto a 2010 (un buen año para la fotografía).
Para continuar, las cámaras de óptica no intercambiable han sido las que han sufrido una mayor caída; aunque es un dato poco sorprendente si consideramos que la mayor parte de los fabricantes han dado por perdido el sector ante el auge de las cámaras de los teléfonos móviles.
Ahora bien, ¿qué ha sucedido con los sectores profesional y semi-profesional? Pues aquí es donde más de uno se echará las manos a la cabeza: a pesar de que la caída de la producción de cámaras de objetivos intercambiables ha sido inferior a la de las compactas, las cámaras sin espejo han sufrido un duro revés.
Las que se suponía que estaban llamadas a sustituir a las cámaras réflex han perdido un 25% de su producción (frente al 19 de las réflex), centrando sus ventas de forma ostensible en el mercado asiático.
En otras palabras: si las principales fabricantes esperaban vender un total de 9 millones de cámaras compactas sin espejo en todo el mundo, al final han tenido que conformarse con sólo 3 millones.
Así, el auge que se apuntaba en 2010 ha terminado entrando en una preocupante recesión.
En lo que se refiere a la producción y venta por zonas geográficas, destaca sobre todo la caída de la industria en los EEUU, que contrasta con el auge oriental.
Son muchas las conclusiones que se pueden sacar de este concienzudo análisis de Lensvid (en su página tenéis además un vídeo que explica todos los pormenores estadísticos), aunque las más destacables sean quizá que la crisis no respeta a nadie, que la inmensa mayoría de los mortales tienen más que suficiente con la cámara de su móvil y que las réflex siguen y seguirán siendo la reina de la fiesta a pesar del empeño de más de uno por enterrarlas.