Son muchas veces ya las que creía haber perdido la tapa de los objetivos y alguna que otra que ocurrió de verdad, desapareció del planeta sin dejar rastro, y es que, aunque pensemos que no, las tapas de los objetivos oficiales (también podemos encontrarnos tapas con un precio más bajo pero sin el logo de la marca de la cámara) no son nada baratas y al final gastamos más dinero que la tapa que en otro tipo de cosas relacionadas con la réflex. Pues bien, aunque hay trucos muy sencillos para no perder la dichosa tapa (como, por ejemplo, guardarlo en el bolsillo cuando salgamos de casa), a mí este me ha parecido muy interesante y quiero que lo conozcáis.
El invento es bastante simple, aunque se han necesitado nueve meses y cuatro prototipos para perfeccionarlo, sobre todo por el diámetro de las tapas, que no todas tienen el mismo y eso bien lo sabe su creador, Mark Stevenson. El mecanismo es muy sencillo y es que se trata de incorporar la tapa a la correa de la cámara para que no se caiga por ninguno de los sitios a los que vamos para sacar unas fotografías estupendas.
Aún no está a la venta, ya que se está intentando conseguir la patente, pero yo, personalmente, creo que el proyecto saldrá adelante y que a muchas personas les servirá muchísimo (como, por ejemplo, a mí). Así que, si este artículo sale finalmente a la venta estará disponible para los siguientes objetivos:
– Objetivos Nikon, Pentax, Fujifilm, Sony, Pro-series y objetivos antiguos de 52mm, 55mm, 72mm y 77mm
– Objetivos Micro 4/3, Canon y Nikon 46mm, 58mm y 67mm
– Objetivos Micro 4/3, Olympus y objetivos antiguos de 40,5mm, 49mm y 62mm
Así que nada, mientras esperamos a que salga este invento a la venta tendremos que seguir con nuestros métodos particulares para no perder ninguna de nuestras tapas. Mi método es el clásico, meter la tapa en el bolsillo o en el bolso de la cámara, ¿cuál es el tuyo?