Hoy vengo a contaros una nueva noticia que pone los pelos de punta. Rob Spence es un director de cine canadiense que a la edad de nueva años sufrió un terrible accidente en el que perdió, por desgracia, uno de sus ojos. Pero parece que Rob no es de esos que se conforman y, quizá, animado por algunas producciones de televisión como The Six Million Dollar Man, el director ha querido convertir su sueño futurista en una realidad del presente.
Ya en el año 2009 existía un prototipo que, además, fue premiado por la revista Time como uno de los 50 mejores inventos del año y es el propio Rob el que está comprobando todas las posibilidades que ofrece la prótesis ocular que tanto desea. Esta prótesis no está conectada al cerebro, quiero decir que no le hará recuperar la vista ya que, en realidad, la prótesis ocular es una microcámara que registra en una pantalla portátil (o guarda la información es un ordenador) todo lo que puede ver a través de ella, vamos, como si nos pusiesemos una cámara digital con la opción de vídeo en el ojo.
No son pocas las implicaciones que hay en este proyecto ya que, si se consigue conectar un ojo artificial al cerebro podríamos, además de conservar la vista, almacenar externamente todo lo que viésemos a lo largo del día y de la noche, algo así como una memoria visual externa que llevaremos todo el día con nosotros. Es como si tuviésemos fotogramas de todo nuestro día en el ordenador.
La verdad es que es algo novedoso y a lo que yo, en principio, me muestro un poco reacia ya que no me parece bien que se grabe o se echen fotografías a personas que no lo consienten durante todo el día. A continuación os dejo un vídeo donde está todo bien explicado, además de ser muy gráfico. ¿Qué os parece?
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