Phase One no sólo ofrece con Capture One una de las soluciones más interesantes del mercado para revelar nuestros archivos RAW; sino que también es famosa en el mundillo de la fotografía profesional gracias a su diseño de cámaras de medio formato destinadas a la fotografía de proporciones mastodónticas (cartelería, murales, etcétera).
Para que os hagáis una idea, la cámara Phase One IQ180, lanzada el presente año, posee un sensor modular capaz de ofrecer hasta 80 megapíxeles de resolución, una burrada si lo comparamos con los sensores CMOS de nuestras réflex, que suelen contar con una resolución que ronda los 18-20 megapíxeles (aunque Canon está desarrollando un sensor CMOS capaz de ofrecer 120).
Pero la compañía danesa, que suele trabajar codo con codo con otros fabricantes como Mayima, no sólo destaca por la fabricación de cámaras singulares que vende a precios desorbitados (al menos para el común de los mortales), sino también por el diseño de objetivos igualmente singulares.
Así, Phase One ha anunciado el desarrollo de cuatro nuevos objetivos con obturador central, entre los que destacan el primer objetivo zoom de la marca (un 75-150mm LS) y una focal fija (240mm LS) que viene a sumarse a las ya existentes.
La particularidad de estos objetivos con obturador central se encuentra en su capacidad para sincronizarse con flashes externos a velocidades de obturación superiores a los 1/250 a los que nos tienen acostumbrados los fabricantes más conocidos, ofreciendo mayores prestaciones en la fotografía de estudio.
Pero no todo van a ser ventajas: los objetivos con obturador central raramente ofrecen una velocidad de obturación superior a los 1/500 segundos, por lo que sólo son recomendables para un sector profesional muy especializado.
Como es lógico, el precio de estos objetivos es absolutamente abusivo, y el más barato de ellos supera sin inquietarse los dos mil euros. ¿Alguien se apunta?
edward olive says
La competencia para Hasselblad