Cuando ves una imagen de Pedro Luis Raota sabes que se trata de una fotografía tomada por él. Y no sucede tanto por la temática (caso de Helmut Newton) como por el estilo. Basta asistir a esas penumbras de las que brota una cara esculpida por la luz para entender que la foto es suya.
Y esto no es cosa fácil, porque buenas fotografías las puede hacer cualquiera, pero que además de ser buenas reflejen una manera de comprender el universo de la imagen es muy complicado. Si no, haz una prueba. Coge tu catálogo de fotos y échales un vistazo. No te detengas demasiado en cada una y, cuando lleves un buen rato, intenta ver constantes en ellas que no estén referidas a la temática o al revelado.
Pedro Luis Raota, además, no lo tuvo nada fácil. Nació en 1934 en la provincia de Chaco, en Argentina, dentro de una familia de agricultores que no esperaban nada de él salvo que continuase con la empresa familiar. Así que el joven Pedro Luis abandonó su región para buscarse la vida en Santa Fe, donde entró en contacto con el mundo de la fotografía.
Tras aprender técnica fotográfica con Quique Fabra, comenzó a ganarse la vida haciendo fotos de carnet, hasta que sus trabajos artísticos comenzaron a destacar en diversos concursos nacionales.
En 1966 ganó el primer premio del concurso fotográfico organizado por la revista madrileña Mundo Hispánico, y a partir de ese momento su obra comenzó a ser admirada y publicada en todo el mundo.
Durante los últimos años de su vida quedó fascinado por el mundo de la fotografía en color, al que aplicó su sugerente estilo, y en 1981 se hizo cargo del Instituto Superior de Arte Fotográfico de Buenos Aires.
La fotografía de Raota es expresionista, y se caracteriza por el uso prodigioso de la luz y los negros, de los que hace emerger escenas cotidianas y personajes procedentes de su Argentina natal.
La humanidad de cada una de sus imágenes es otro de los rasgos más destacados de su estilo, con el que sabe expresar una empatía descomunal: ya sea en el retrato del dolor y el esfuerzo, o en el retrato de la ternura y el cariño, las fotografías de Raota son una explosión visual que cautivan por su cuidada composición y su sabia mezcla de tonos claros y oscuros.
En 1969 ganó el premio a Mejor Reportero Gráfico del Mundo, convirtiéndose de esta forma en uno de los mejores fotógrafos de la historia.
[…] fotógrafos jóvenes que en apenas tres o cuatro años han logrado hacerse con un espacio entre los mejores artistas gráficos de la historia, destacando muy particularmente los dedicados al fotoperiodismo (probablemente porque el mundo de […]