Richard Avedon es un fotógrafo estadounidense que ha llevado el retrato hasta su quintaesencia, partiendo de la mera fotografía de moda para llegar al retrato artístico más reconocible y austero de la historia.
Identificar una foto de Avedon es bien sencillo: suele retratar a sus personajes contra un fondo blanco o neutro que es enmarcado por aristas negras. Sus personajes parecen arrancados de cualquier circunstancia espacial o temporal, y ofrecen la mirada o la expresión más honesta o inesperada que se pueda imaginar.
Cuentan que su método para conseguir estas expresiones de sus retratados era bastante sencillo: sometía a personas de toda índole (personajes anónimos y personajes famosos) a sesiones de varias horas hasta dejarlas exhaustas. Entonces, durante la última hora de trabajo, éstos abandonaban sus caretas y sus tics faciales, estudiados hasta la extenuación, para aparecer expresivamente desnudos, indefensos.
Richard Avedon empezó como fotógrafo de moda, y logró tal reconocimiento que en 1957, cuando aún era muy joven, participó como director de fotografía en “Funny Face”, film de Stanley Donen basado en la vida del propio Avedon.
A partir de los años sesenta, el artista neoyorkino comenzó a interesarse por el reportaje fotográfico y vivió de cerca la Guerra de Vietnam, el movimiento hippie o la lucha por los derechos civiles en los EEUU.
En este periodo de su vida, Avedon comenzó a experimentar con el color, y realizó uno de los retratos más famosos de los miembros de The Beatles, que aparecen rodeados por estelas de colores en función de sus personalidades.
Pero fue sobre todo a finales de los años setenta cuando llevó a cabo uno de sus trabajos más admirados: “In the American West”, colección de fotografías que realizó a lo largo de cuatro años viajando a través de los pueblos del oeste de los Estados Unidos, retratando a personajes anónimos contra un fondo blanco.
La técnica fotográfica de Avedon es sencilla pero perfecta y efectiva: suele situar a sus personajes en el centro de la escena contra un fondo neutro, convirtiendo la expresión o los rasgos humanos en absolutos protagonistas de su trabajo. Emplea sobre todo el blanco y negro, y busca en cada uno de sus personajes un rasgo especial que exprese su carácter.
Avedon estaba además obsesionado con el paso del tiempo. Son clásicos sus retratos de ancianos, además de su secuencia de imágenes en la que plasma el paulatino envejecimiento de su padre hasta su muerte.
En este sentido, el fotógrafo norteamericano afina la técnica del retrato hasta conducirla a sus rasgos esenciales. Al contrario que Helmut Newton, que insiste en elementos ajenos al personaje retratado, o Raota, que redunda en el paisaje o el costumbrismo, Avedon juega con los volúmenes que componen la fisionomía del retratado frente a un fondo blanco que realza los rasgos y los rostros en tanto que tales, dibujando su carácter y el paso del tiempo en sus arrugas.
Richard Avedon es uno de los fotógrafos más admirados y premiados de la historia, y frente a su cámara han pasado figuras históricas de la relevancia de Marilyn Monroe, Henry Kissinger, Truman Capote, Pablo Picasso, Andy Warhol o John Lennon.
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