Bueno, una vez revisadas las dificultades elementales a las que nos enfrentamos a la hora de hacer fotos de conciertos, vamos con la soluciones, que deben adaptarse a las circunstancias singulares de cada uno.
1. Haz amigos.
Ten muy en cuenta en qué concierto te metes. No es lo mismo uno reducido en un bar que un macroconcierto o un festival. En los pequeños no tendrás problemas para meter tu cámara, mientras que en los macroconciertos, sí. En lo que se refiere a los festivales, me he encontrado de todo.
Y puede parecer una chorrada, pero no hay nada mejor que contactar con la organización del concierto para asegurarnos de que podemos entrar con nuestra cámara. Cuando aún no me dedicaba a esto, en más de una ocasión he tenido que quedarme en la calle por llevar una cámara semi-profesional conmigo. Así que busca contactos, comunícate con la promotora y sé muy paciente.
En el caso de que todo te salga rana, no tendrás más remedio que llevarte una cámara de dimensiones y prestaciones inferiores (aunque viendo lo que están haciendo con las micro cuatro tercios…). Allá tú si te atreves a colar la cámara a sabiendas de que no lo permiten. Es probable que te pases la noche huyendo de los guardias jurado.
2. Prepara bien tu material.
No lleves material de más, ya que dos horas sacando y metiendo objetivos, cargando con varios kilos y evitando que te pisen puede convertirse en una pesadilla.
Por ejemplo: si lo que pretendes es sacar fotos de los artistas, olvídate de los grandes angulares. Suelen ser muy poco luminosos y te obligan a reducir la velocidad de obturación y a tirar de ISO (ruido asegurado). Aunque si quieres captar el ambiente, es recomendable que te lo lleves.
3. Olvídate del flash.
Una forma muy sencilla de saber si un fotógrafo sabe lo que se hace en un concierto es fijarse en si utiliza o no el flash. Emplearlo implica no sólo despreciar la iluminación del evento (que es parte de la estética de los conciertos), sino también molestar a los artistas. Así que mejor déjatelo en casa.
4. Conoce bien tus objetivos.
Emplea siempre el objetivo más luminoso que tengas. Un 50mm de 1,4 es, por ejemplo, una muy buena opción. Por supuesto, hay grandes angulares muy luminosos, pero suelen ser muy caros. El estándar en esto de los conciertos suele ser un 70-200mm con un número f de 2,8, claro que puede ser suplido con varias focales fijas igual de luminosas.
5. Conoce bien tu cámara.
La base de la buena fotografía de conciertos está en el conocimiento de tu cámara. Debes saber con absoluta certeza dónde se encuentra su umbral de ruido. Hay máquinas que con una velocidad ISO de 500 arrojan muchísimo ruido, mientras que las hay que con 1000 (las Full Frame, por ejemplo) funcionan a las mil maravillas.
El umbral de ruido debe venir determinado por la cantidad de ruido que es capaz de eliminar tu procesador RAW. Una vez fijado el umbral, éste debe determinar la velocidad de obturación y la apertura del diafragma; nunca al revés.
6. Dispara en manual.
Por la razón antes descrita, no te fíes de los modos automáticos o semi-automáticos de disparo. Una vez tengas calculada la sensibilidad ISO, juega con la velocidad y la apertura.
Por supuesto, para captar la mayor cantidad de luz posible, utiliza grandes aperturas; aunque sin pasarte: si disparas a 1,4f es muy probable que todas las fotos te salgan desenfocadas, ya que basta que el cantante o el guitarrista de turno se muevan un poco para que el enfoque se vaya.
En lo que se refiere a la velocidad de obturación, debes tener muy claro hasta dónde es capaz de funcionar tu pulso.
7. Métete en el escenario.
No físicamente, por supuesto; pero sí mentalmente. Realiza unas primeras tomas de prueba, para comprobar cómo se acomodan tu cámara y tu objetivo a las condiciones lumínicas, y luego observa el comportamiento de los focos y los movimientos del artista.
Calcula cuándo va a dejar de moverse o cuándo va a incidir un foco sobre su cara. Y si optas por sacar imágenes trepidadas (que también ofrecen grandes resultados), anticípate a los gestos.
8. Configura bien tu cámara.
Las condiciones lumínicas de un concierto son muy peculiares, por lo que los ajustes de tu cámara también deben serlo. Para empezar, utiliza la medición puntual, nunca la evaluativa. La puntual mide la luz a partir de lo que enfocas, no del conjunto de la escena, que es evidentemente oscuro.
Además debes olvidarte de los puntos automáticos de enfoque para utilizar un único punto elegido manualmente por ti mismo. Si empleas los puntos automáticos, tu cámara enfocará invariablemente el micrófono, nunca la cara.
Por último, dispara muchísimas veces y no te rindas. Es posible que al principio del evento no se vea prácticamente nada, pero que al final, cuando estén interpretando las últimas canciones, la iluminación sea mucho mejor.