Hasta el próximo 30 de noviembre continúa abierto el plazo para inscribirse en el concurso anual de fotografía de National Geographic, que, considerando la calidad de algunas de las imágenes enviadas, estará más disputado que nunca.
Se admiten trabajos de fotógrafos de todos los “niveles” (suponemos que no distinguen entre aficionados y profesionales; entre imágenes tomadas con una full frame o imágenes tomadas con una cuatro tercios), y las temáticas están divididas en tres grandes grupos: naturaleza, gente y sitios.
El problema de este tipo de concursos radica muy concretamente en la dificultad a la que se enfrentan muchos fotógrafos para desplazarse hasta el Himalaya para captar su paisaje o para penetrar las selvas tropicales del norte de Madagascar (si es que son efectivamente tropicales) para echarle una foto al tigre albino moteado. Es evidente que un profesional que cuente con la infraestructura necesaria para desplazarse a las zonas más exóticas del Globo cuenta con una ventaja nada desdeñable.
Pero no tiréis la toalla antes de tiempo. Según la propia National Geographic, no sólo se tendrá en cuenta la calidad de las imágenes, sino también la creatividad a la hora de realizar las fotos.
El año pasado participaron en el concurso más de dieciséis mil fotografías, que fueron enviadas desde ciento treinta países diferentes, resultando ganadoras impresionantes tomas de un volcán en erupción, un inmenso tornado o un barco carguero que muestra sus entrañas.
Por otra parte, habrá un premio diferente para cada una de las categorías, además de un premio especial para la mejor foto enviada al concurso. Asimismo, el público también podrá elegir su imagen favorita.
A continuación os dejamos once imágenes presentadas al certamen de este año, para que os vayáis haciendo una idea de a qué os enfrentáis (obviamente, los derechos de cada imagen están muy reservados)…
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