En el artículo interior ya hablamos de algunos aspectos importantes a la hora de fotografiar insectos: el clima y el tipo de objetivo a utilizar, aunque en el segundo aspecto no profundizamos demasiado. En esta ocasión veremos algún aspecto más para conseguir las mejores fotos de esos seres vivos tan interesantes como son los insectos.
Además del clima y del objetivo tenemos que tener en cuenta el insecto que queramos fotografiar. Si el insecto que queremos fotografiar es difícil de encontrar tardaremos mucho más en conseguirlo, así que deberíamos tener las ideas claras y ponernos como meta fotografiar algún insecto que sea común en nuestra zona.
El color del insecto también es fundamental. Si nuestra intención es sacar una fotografía preciosa con unos colores vivos y una buena presentación no nos vale cualquier insecto, y es que no todos tienen colores vivos y llamativos. La mariquita, por ejemplo, es un insecto que se fotografía bastante bien -siempre y cuando tengamos un buen objetivo- y que tiene unos colores bastante llamativos.
A pesar de que anteriormente dije que en la lluvia era casi imposible fotografiar insectos sí que hay un momento relacionado con este fenómeno meteorológico que podemos aprovechar: justo después de llover. Si deja de llover los insectos, y algún que otro gasterópodo, saldrán y se mostrarán en todo su esplendor. En ese instante podemos aprovechar, ya que una foto de insecto junto a una escena llovida queda muy bien si se consigue hacer.