Vaya por delante que no pretendo hacer apología de ninguna clase de tienda o superficie comercial en concreto. Todas ellas tienen sus virtudes y cada uno sabrá, en último término, qué argumentos son los que más van con su forma de comprender el negocio de la imagen.
En cualquier caso, para no extenderme demasiado, me centraré únicamente en tres tipos concretos de tienda, dejando a un lado la compra de artículos de segunda mano (a la que ya dedicamos un artículo) y otras transacciones menos transparentes.
Las grandes superficies
Por grandes superficies me refiero, como habréis adivinado, a monstruos del comercio como El Corte Inglés, la Fnac o Mediamarkt, donde el espíritu navideño te devora el alma y las cámaras de última generación se mezclan con los abrigos, los libros de Pocoyó y las pantallas LED de 80 pulgadas.
Una de las grandes virtudes de este tipo de comercios a la hora de comprar material fotográfico es que posibilitan que en apenas cinco horas de angustiosos paseos a cuarenta grados artificiales compremos no sólo la nueva sin espejo de Nikon, sino también ese tremendo pollo para la cena de Nochevieja o unas alpargatas.
Otro factor positivo es que estos comercios ofrecen la posibilidad de pagar en amplísimos plazos y que, en muchas ocasiones, ponen a disposición del cliente unos geniales seguros a todo riesgo por precios irrisorios, que amplían la garantía de nuestras cámaras.
Las tiendas todo-en-uno facilitan enormemente el consumo puro y duro, que es, al fin y al cabo, de lo que se trata en Navidad. Pero ojo, este ritmo acelerado e inducido de consumo también tiene sus puntos negativos, como todos habréis experimentado en más de una ocasión.
Por un lado, el stock de productos fotográficos es muy limitado. Fiel a su filosofía de dar cabida a todo pero sin especializarse en nada, las grandes superficies sólo ofrecen los modelos más solicitados, además de los accesorios más obvios.
Así, si buscas un modelo muy concreto que no haya sido anunciado por televisión, lo tienes crudo. Asimismo, si buscas asesoramiento para regalar un tipo muy determinado de cámara, los encargados de la sección, además de tardar media hora en advertir tu presencia, jamás entenderán tanto de fotografía como el dependiente de una tienda especializada.
Otro hándicap importante que desaconseja la compra de material fotográfico en una gran superficie se encuentra en los precios. Éstos serán sensiblemente superiores a los que podrás encontrar en una tienda especializada. Sin ir más lejos, ayer mismo me encontré con una Canon 7D con su objetivo 15-85 mm por 2200€, un sablazo de tomo y lomo (se dice el pecado pero no el pecador).
Para terminar, las grandes superficies ponen en peligro la pervivencia de las tiendas más modestas, que tratan sus productos con mayor mimo, ofrecen un trato más humano al consumidor y disponen de productos más especializados.
Las tiendas especializadas
Seguro que si vivís en una ciudad medianamente grande conoceréis alguna. En mi caso, como me muevo mucho por el sur de España, la primera que se me viene a la cabeza es la célebre Martín Iglesias, que cuenta con un stock infinito y una serie de dependientes profesionales que te asesoran perfectamente.
Otra de las virtudes de este tipo de tiendas se encuentra en la oferta de modelos antiguos y packs en los que incluyen dentro de un mismo paquete cámaras, objetivos, grips o baterías supletorias.
Por otra parte, las tiendas especializadas disponen de todos los accesorios necesarios para el desarrollo de una actividad fotográfica en su sentido lúdico o profesional: impresoras, infinitos tipos de papel, filtros, empuñaduras, baterías, cargadores… Todo aquello que no sueles encontrar en una gran superficie.
Asimismo, este tipo de tiendas, además de trabajar con fotografía analógica, también ofrecen talleres de formación.
Las tiendas online
Por tiendas online nos referimos a tiendas que trabajan de manera exclusiva a través de internet. Es decir: hoy en día todos los comercios físicos disponen de un servicio de venta a distancia, pero no ofrecen las ventajas que suelen ofrecer las tiendas que sólo trabajan a través de este método.
Su mayor virtud se encuentra en el precio de los artículos y en el stock. Tienen de todo y más barato. ¿La razón? Pues porque, habitualmente, no tienen que hacerse cargo de los altos impuestos que graban a las tiendas físicas.
Ahora bien, hay tiendas online de absoluta fiabilidad y tiendas online que trabajan de-aquella-manera. Duke o Pixmania, por ejemplo, suelen trabajar bien, entregan sus productos en unos plazos razonables y no cargan sus precios con gastos de envío excesivos. Pero también hay páginas que ofrecen gangas y te dan gato por liebre.
¿Cómo distinguir unas de otras? Muy sencillo. Consulta críticas y análisis de tiendas online en páginas como ciao. Allí encontrarás las páginas más fiables según los criterios de los propios consumidores.
En cualquier caso, este tipo de servicios cuentan con una hándicap importante: por razones obvias, es imposible probar la materialidad de los productos hasta que los tienes en casa, el asesoramiento automático es pobre y, en muchas ocasiones, la garantía de los productos difiere de la española.
En lo que se refiere a Ebay, sólo decir que es la página donde mejores ofertas te puedes encontrar. Ahora bien, hay que tener muchísimo cuidado a la hora de elegir al vendedor. Sólo un consejo: relaciónate únicamente con “Power Sellers”; esto es: con vendedores cuya fiabilidad está más que contrastada por múltiples usuarios.