El mundo de la fotografía es un tanto extraño si lo vemos desde fuera. No todos los fotógrafos son buenos -en realidad son muy pocos los que consiguen transmitir lo deseado a través de la fotografía– y encima tener un buen equipo cuesta un ojo de la cara. Es muy normal ver a gente sin talento -que están en todo su derecho, claro- obstinarse para conseguir buenas fotos, aunque sólo un puñado de personas lo consiguen.
La calidad de las fotografías -en su mayoría- no vienen de la calidad de la cámara, sino del arte del fotógrafo. Una cámara réflex de alta gama en manos de un mal fotógrafo no sirve de absolutamente nada, al igual que un buen fotógrafo es capaz de captar todo lo que quiera con casi cualquier tipo de cámara. Digamos que las fotos dependen, a medias, tanto del fotógrafo como de la cámara.
El lugar donde se realizan las fotos es también fundamental, y hoy día es muy normal que quiera mostrarse al mundo dónde se han hecho ciertas fotos. Para que no tengamos problemas a la hora de señalar a nuestros allegados -y al resto de personas- dónde hicimos tal o cual foto nacieron los GPS para las cámaras digitales.
Muchos son los modelos de GPS, pero con esto hay que tener cuidado. No hay nada mejor, para los modelos de cámara Nikon, que el GPS oficial de dicha marca. El precio suele rondar los 300 euros, pero es que la exactitud es admirable y el funcionamiento excelente.
Si piensas comprarte un GPS la mejor opción es guiarte por las marcas, y es que al final lo barato siempre acaba saliendo caro, así que lo mejor es gastar un poco más de dinero y quedarnos seguros de que funcionará bien.