Su nombre es Guillem Valle y con sólo veintiocho años ya se ha hecho con el tercer premio de World Press Photo 2010. Hace tres semanas fue enviado a El Cairo por The Wall Street Journal como corresponsal para cubrir las elecciones egipcias y las presumibles revueltas en la plaza de Tahrir, donde fue brutalmente agredido por las fuerzas de seguridad del país.
Según declaraciones del propio Guillem Valle (que ya se encuentra en España) al diario Público, unos hombres de paisano le dieron una paliza mientras trabajaba en los aledaños de la plaza de Tahrir, golpeándole repetidas veces en la cabeza mientras lo entregaban a la policía. Antes de encarcelarlo, le robaron todo su equipo fotográfico (valorado en cerca de 9000 euros), así como sus tarjetas de crédito.
El fotoperiodista tuvo que pasar dos noches en el hospital a causa de las contusiones cerebrales, y actualmente solicita ayuda económica con el fin de hacerse con un nuevo equipo para volver a desempeñar su trabajo como fotógrafo.
Cientos han sido los periodistas y fotógrafos torturados y asesinados durante el año que termina en las innumerables guerras que se producen a lo largo y ancho de todo el mundo. Cuando la cámara deja de ser un producto para cultivar nuestros pruritos estéticos y se convierte en una herramienta para retratar injusticias y realidades extremas, el fotoperiodista se transforma en un objetivo más de los terroristas y los regímenes dictatoriales.
Aquí os dejo un enlace a la página web de Guillem Valle, para que os hagáis una idea del magnífico trabajo que ha venido desempeñando hasta ahora, denunciando las situaciones más miserables a partir de un talento descomunal para captar realidades de una forma inteligente, impactante y (a veces) llena de belleza.
Sólo podemos desearle la mejor de las suertes y ofrecerle todo nuestro apoyo desde esta página.
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