Primero, una aclaración fundamental: nadie posee la fórmula mágica para convertirse en fotoperiodista. Basta echarle un vistazo a la biografía de muchos de los artistas que os hemos ido presentando en Fotosfera para comprender que cada caso es un mundo, y que no hay absolutamente nada que garantice una vida profesional fructífera.
Y segundo: ¿estás seguro de que quieres dedicarte profesionalmente a la fotografía? Piensa que no es lo mismo echar fotos porque te gusta, porque quieres, que tener que hacerlo por obligación, en función de unas normas y unos encargos muy concretos. Conozco a más de un fotógrafo al que ha terminado por no gustarle la fotografía misma.
Así que nada, si a pesar de estas consideraciones previas tienes claro que lo tuyo es el fotoperiodismo, vamos a hacer un repaso a las opciones más evidentes para convertirse en el nuevo Cartier-Bresson:
Búscate un enchufe
Por desgracia, en este país es aconsejable tener un enchufe para acceder a un buen trabajo. Así que si conoces algún fotógrafo profesional o al director de alguna publicación, enhorabuena; es probable que puedas evitarte la lectura de las siguientes recomendaciones.
Ahora bien, si tu abuelo no es el señor Polanco, búscate las papas. Haz cursos, participa en exposiciones de fotoperiodistas, conoce a colegas del gremio y multiplícate para estar en todos los eventos relacionados con el mundo de la imagen y el periodismo.
Muévete
A estas alturas, todos sabemos que los trabajos tienen la curiosa propiedad de resultar esquivos; y en el caso de la fotografía, más. Piensa que hay casi tantos fotógrafos como cámaras, y que lo que no estés dispuesto a hacer tú, lo hará otro (y seguramente por menos dinero). Así que tienes que especializarte en el tipo de fotoperiodismo en el que mejor te sepas desenvolver para dar todo de ti.
Por ejemplo: si te especializas en la fotografía de conciertos, ve a todos los que puedas aunque no te paguen un euro, dispara sin misericordia y ve haciéndote un buen book con tus mejores fotos.
Si lo que te interesa es el fotoperiodismo social y de actualidad, no pares de patearte las calles; asiste a eventos de todo tipo; ponte al día antes de salir de casa; y no te pierdas ni una sola manifestación.
Visita redacciones
A los periódicos les llueven los fotógrafos. Somos legión. Y, en consecuencia, es muy poco habitual encontrarse con una oferta de fotoperiodista en la prensa o en Internet. Antes siquiera de que necesiten un nuevo reportero, ya tienen en el cajón cientos de currículums y conocen a otros tantos profesionales que están esperando a que los contraten. Así que no te queda otra que patearte las redacciones mostrando tu trabajo.
El currículum puede ayudar (haber cursado Imagen y Sonido, por ejemplo), pero siempre se presta más atención a lo que eres capaz de hacer que a lo que fuiste capaz de estudiar.
En consecuencia, cuida mucho lo que enseñas y esconde lo que no represente bien tu talento.
¡Trabaja gratis (al principio)!
Sí, es triste, pero así se empieza. Si tienes algún amigo músico, hazle sesiones a cambio de una cerveza. Si vas a un concierto importante, manda tus trabajos al artista y a las redacciones de periódicos. Y no esperes nada a cambio. Muéstrate solícito, preparado, rápido. No expreses inconvenientes de ninguna clase hasta que tengas un buen volumen de trabajo.
Olvídate de contratos
En la actualidad, los periódicos están ahorrándose una buena cantidad de dinero prescindiendo de personal fijo y tirando de escritores y fotógrafos autónomos. El mundo freelance es el presente (y, probablemente, el futuro), lo que tiene sus inconvenientes (pagar tus cuotas) y sus ventajas (eres tu propio jefe y puedes colaborar con todos los medios que puedas).
Insiste
Es muy raro que te hagan caso al principio. Tendrás que insistir muchísimas veces. Piensa que, para un periódico, siempre es más fácil confiar en un fotógrafo que ya conocen (por muy malo que sea) que arriesgarse con un nuevo autónomo del que apenas saben nada.
Y un último consejo
Si pretendes vivir de esto, tendrás que hacer de la cámara un apósito de tu cuerpo. Así que acostúmbrate a llevártela a todos lados. Por supuesto, viaja todo lo que puedas y acércate a lo que te interesa con paciencia y constancia. Móntate tus propios reportajes aunque no sepas si te los van a publicar y arriésgate: trasnocha, madruga y jamás (de los jamases) te quedes en casa haciendo el pánfilo; nunca sabes cuándo va a aparecer Spiderman para que le saques una foto.
Recuerda que éste es un trabajo de calle, así que ve despidiéndote de las sobremesas frente al televisor o de acostarte temprano… El fotoperiodismo no es sólo un trabajo, es una forma de vida que transforma tus hábitos y en ocasiones te expone incluso a situaciones poco agradables.
Y cuando no estés en la calle, mira el trabajo de otros fotógrafos. Observa las fotos de los grandes del fotoperiodismo y también de los pequeños. Analiza cómo manejan el flash, los encuadres, la composición y la profundidad de campo.
Resumiendo: si quieres ser fotoperiodista, piénsatelo seis veces antes de empezar; y si aun así estás convencido, no sé a qué esperas para dejar de leer esto y para lanzarte a la calle con tu cámara.
Bea says
Os envio un link de interes con vuestra entrada.Saludos!
Asociación Nacional de Informadores Gráficos ANIG-TV
http://www.anigp-tv.com/