Hace una semana se dieron a conocer los ganadores del primer “Mobile Photo Awards”; esto es: el primer certamen dedicado de manera exclusiva a promocionar el uso del teléfono móvil como medio de expresión artística.
Daniel Berman, fundador del premio, junto con Fotomoto, dedica en la página diseñada al efecto una extensa entrada en la que justifica la existencia de un concurso de tamaña naturaleza.
Según Berman, la fotografía móvil (la llamaremos así para no escribir veinte veces “fotografía realizada con teléfonos móviles”) es tan válida como cualquier otra forma de fotografía. Es un medio de expresión artístico tan rico como pueda serlo la fotografía con una réflex digital o con una cámara analógica.
Es más, la función del certamen no se detiene en la selección y exposición de las mejores fotos móviles del pasado año, sino que además pretende que este tipo de fotografía deje de promocionarse únicamente en redes sociales fotográficas para pasar a convertirse en una forma más de fotografía artística, con sus exposiciones y demás.
Por otra parte, no sólo se pretende apuntar la calidad expresiva que se puede conseguir con un teléfono, sino también exaltar las virtudes de las diferentes aplicaciones que se emplean para retocar las imágenes con acciones más o menos automáticas (ya sabéis: Instagram, Hipstamatic, etece).
El nutrido jurado (quince especialista en fotografía móvil) ha seleccionado las tomas ganadoras en función de su creatividad, lo que me ha conducido a una pregunta incómoda: ¿hasta qué punto se puede considerar creativa una fotografía en la que no se han controlado los elementos básicos de disparo?
Quiero decir: si no se controlan (o al menos, no se puede en la mayoría de los móviles) la velocidad, el enfoque, la sensibilidad o la apertura de forma manual, ¿hasta qué punto es creativa una imagen?
Por otro lado, los procesados se basan mayormente en programas que emplean preajustes que luego se pueden modificar muy levemente… ¿Dónde queda entonces el espacio para la improvisación?
Ojo, que sólo planteo preguntas para que cada uno saque las conclusiones que considere oportunas…
Aunque viendo la magnífica imagen ganadora de una de las categorías (la que abre la entrada, obra de Souichi Furusho), está claro que con un móvil se pueden hacer maravillas cuando se tiene ojo y gusto; pero, en este caso concreto, ¿no funcionan las limitaciones del móvil como una suerte de corsé creativo?
Sólo el tiempo dirá.
[…] que la fotografía móvil se haya convertido en un auténtico fenómeno social desde hace ya un par de años no se debe […]