Sólo era cuestión de tiempo y ya está aquí. Una cámara de dimensiones reducidas, con objetivos intercambiables y un sensor sin espejo de proporciones superiores a las de las micro cuatro tercios o las evil.
Como hemos señalado en numerosas ocasiones (y como se ha encargado de subrayar Canon en la publicidad de sus réflex más económicas), el principal argumento contra la tecnología utilizada el pasado año por marcas como Sony, Pentax, Leica u Olympus se encuentra en las dimensiones del sensor de sus cámaras.
Es obvio que un sensor sin espejo mediante reduce considerablemente el tamaño de la cámara y permite el diseño de modelos más manejables y atractivos; pero si el tamaño de aquél (el del sensor) también es más reducido, la gama cromática será menor y los megapíxeles acumulados en tan reducido espacio arrojarán más ruido (una faena, vaya).
Si ayer mismo revisábamos la impresionante propuesta de Fuji para mejorar esta tecnología incipiente, hoy le toca el turno a la NX10 de Samsung, que propone una tecnología similar a la empleada por sus colegas de Pentax o Sony (cámara sin espejo) pero haciendo uso de un sensor más grande.
Así de primeras, lo lógico sería pensar que esta nueva cámara ofrecerá mejores resultados que las PEN (por ejemplo); pero hasta que no obtengamos los resultados objetivos de su rendimiento, todo se queda en mera especulación.
La Samsung NX10 ofrece 14.6 megapíxeles (sin estabilizador integrado, por cierto), una sensibilidad que alcanza los 3200 ISO, grabación en vídeo a 720p, pantalla amoled de 3 pulgadas y un diseño verdaderamente atractivo, a medio camino entre las compactas sin espejo (por su tamaño) y las réflex de toda la vida (por su empuñadura).
Saldrá a la venta esta próxima primavera junto con tres objetivos (un 18-55mm, un 55-200mm y un 30mm) por un precio de 650€.