Al parecer hace ya muchos años que utilizamos un diseño erróneo en lo que se refiere a cámaras digitales, y es que, según parece, l única razón por la que la cámara debe (o debía) tener forma rectangular con un objetivo central responde a cuestiones mecánicas en la fotografía analógica, ya que ese es el diseño que mejor se adaptaba a la película fotográfica, o esto es lo que dice Jean Michel Bonnemoy.
Pero no solo ha dicho esto, no, sino que se ha atrevido a diseñar una cámara cilíndrica llamada D-CAN. Como podéis ver, la tapa del objetivo queda en la parte frontal, lo cual está bastante bien si pensamos que queda fija y que no la perderemos, cosa que yo, por cierto, hago constantemente. Siguiendo con el diseño, en la parte de detrás nos quedaríamos con el visor y la pantalla, desde donde accederíamos a las baterías y a la tarjeta de memoria. Por último, los controles de la cámara están en la parte lateral, igual que una cámara de vídeo.
Tengo que admitir que las características no están nada mal para ser algo novedoso. Cuenta con un zoom estabilizado, anillo para corrección de enfoque, programas de exposición, desde automáticos hasta manuales, sensibilidades desde 100 hasta 6400 ISO y la posibilidad de conectar un flash electrónico, un micrófono accesorio o un controlador remoto.
Este es solo el primer modelo y estoy segurísima de que, si triunfa, pronto veremos más como este en nuestras tiendas habituales, lo cual no sé si será bueno o no, ya sabéis que yo soy muy clásica en estas cuestiones.