Nacido en San Francisco en 1902, Ansel Adams es, a día de hoy, una figura tan elemental en la historia de la fotografía como puedan serlo Henri Cartier-Bresson o Robert Capa. Inteligente y tímido, descubrió en la fotografía paisajista una forma de reivindicar el cuidado del medio ambiente y de inmortalizar los parajes más deslumbrantes de los Estados Unidos. Es más, hay quien asegura que si en la actualidad siguen existiendo determinados paisajes es gracias a la publicidad que Adams hizo de ellos con su cámara.
Poco dado a relacionarse con los medios de comunicación, no tuvo más remedio que trabajar para revistas como LIFE o Fortune y para empresas como Kodak, Polaroid o Hasselblad para lograr una forma de sustento.
Aunque al principio de su carrera se mostró muy cercano al pictoralismo en su estilo (muy típico en los primeros grandes fotógrafos del siglo pasado), a partir de los años 30 comenzó a interesarse por la fotografía como forma genuina de expresión, con sus propias leyes y su manera singular de representar la realidad.
Fundó la asociación fotográfica f/64, que pretendía defender una visión objetivista y purista de la fotografía. Su máxima consistía en buscar la mayor claridad posible y en evitar a toda costa los retoques excesivos, haciendo de cada foto la expresión de un lenguaje preciso y honesto.
También popularizó la teoría de la tonalidad por zonas, según la cual había que dividir una imagen en once zonas diferentes, en once gradaciones que iban desde el negro casi absoluto hasta el blanco, logrando una naturalidad en el empleo de la escala de grises que se ha convertido en un canon.
Fotografió prácticamente todos los grandes escenarios de Norteamérica, aunque sus trabajos más célebres son los pertenecientes al Parque de Yosemite, que le valieron diversos premios (como el de la Fundación Hasselblad) y sirvieron para convertir determinados puntos de la geografía yanqui en auténticos iconos gráficos de la identidad estadounidense.
Su obra ha sido publicada en todo el mundo, y ha recorrido museos tan importantes como el MOMA de Nueva York.