De tanto mirar autores clásicos más de uno va a terminar creyendo que, al igual que sucede con otras disciplinas (como la literatura), la fotografía está agotada en algún sentido, que vivimos de mitos que no van a volver o de registros en desuso. Craso error. Si algo caracteriza a la fotografía es su inagotable fecundidad. Cada año surgen grandes nombres que no tienen nada que envidiar a los clásicos.
Lottie Davis es, sin duda, uno de esos grandes nombres de la fotografía contemporánea. Con sólo cuarenta años se ha llevado el International Colors Awards, el Taylor Wessing Photographic Awards de 2008 o el Association of Photographer’s Awards. Casi nada.
Nació en el Reino Unido, estudió Filosofía (curiosa la relación entre ésta y la fotografía) en Escocia, y finalmente se estableció en Londres, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera.
Su trabajo es complejo y abierto. Lo mismo te hace un retrato magistral que recrea una escena paisajística con atrezos y acertijos. Lo mismo trabaja de fotoperiodista representando situaciones marginales que se dedica a la fotografía artística.
El meollo de su fotografía se encuentra en el análisis a través de la imagen de la memoria, los símbolos culturales y la narración literaria. La británica es una gran relatista. Sus obras contienen historias vivas que no dejan indiferente a nadie. Sus imágenes están contenidas, apuntan a un movimiento que sugiere un sentido, un significado o, sencillamente, una historia.
En lo que se refiere a su técnica, ésta se basa mayormente en un dominio prodigioso de la luz, la composición y los colores, fuertemente influenciados por el pictoralismo.
“Recuerdos y pesadillas”, que se expone en la Sala Cero de Madrid hasta el próximo 25 de mayo, consiste en una colección de doce imágenes de gran formato en las que relata pesadillas y recuerdos propios y ajenos a través de una imaginación y una maestría técnica exquisita.
Así que ya sabéis. Esta Semana Santa, cuando os canséis de rezar o de ver profesiones, no dudéis en pasaros por la galería sita en Fuenterrabía 13. Disfrutaréis como enanos.