Es curioso hasta qué punto está determinando Lightroom el mundo de la edición digital. Aunque siguen siendo mayoría los que trabajan de manera exclusiva con Photoshop, cada vez hay más usuarios profesionales que se decantan por el “cuarto oscuro” de Adobe. ¿Las razones? Muchas, entre las que destacaría su capacidad para realizar flujos de trabajo con mucha versatilidad, que dispone de herramientas optimizadas para el mundo de la fotografía y que sus pinceles son una maravilla para realizar ajustes por zonas.
Ahora bien, como todo el software de Adobe, se trata de una aplicación bastante cara que sólo tiene sentido comprar cuando vas a sacarle un provecho económico. Por supuesto, no estoy incitando a la piratería (ni mucho menos), pero creo que gastarse doscientos euros para retocar fotos de forma amateur es absurdo (a no ser que te sobre el dinero).
Pero, a Dios gracias, desde hace ya muchos años hay una comunidad de desarrolladores más o menos desinteresados que se dedican a diseñar aplicaciones gratuitas que cumplen perfectamente con las necesidades de la mayor parte de los fotógrafos profesionales y aficionados.
Si no hace mucho os hablábamos de Gimp, en esta ocasión le toca el turno a Darktable, un programa que calca el aspecto y las funcionalidades de Lightroom: su interfaz es prácticamente idéntica, las herramientas para editar nuestras fotografías son muy similares, permite realizar cómodamente flujos de trabajo, y soporta los archivos raw de la mayor parte de las cámaras que hay actualmente en el mercado.
Su primera versión acaba de salir “mercado” y sólo tiene un pero: es multiplataforma y funciona en Mac Os y en la mayor parte de las versiones de Linux; pero no está disponible (aún) para Windows. ¿La solución? O esperar a que futuras versiones se adapten al abrupto mundo de Microsoft o abandonar directamente el sistema operativo creado por el señor Gates.