Si eres poseedor de una cámara Canon y más de una vez se te ha caído el alma al suelo cuando has llegado a casa y has pasado al ordenador ese magnífico atardecer de colores impresionantes, he aquí una información que te puede interesar mucho.
Según la página de Canon en Facebook, un gran error habitual entre los canonistas es disparar siempre situando el balance de blancos en automático.
Para los que estáis empezando en esto: el balance de blancos es el ajuste adecuado de los colores que percibe el sensor a partir de la definición del blanco dentro de una imagen.
Así, ya en la fotografía analógica se ajustaba dicho balance en las películas, de tal modo que los colores que se obtenían con una película Fuji no eran los mismos que los que se obtenían con una película de Kodak (para entender lo que os digo, poneos dos pelis, una grabada con película nipona y otra con película yanqui: seguro que notáis la diferencia).
Pues bien, en las cámaras digitales, el balance de blanco se define a partir de la selección del tipo de escena que vamos a fotografiar. Seguro que lo habéis visto mil veces: luz de día, tungsteno, sombra, paisajes, retrato, etcétera.
Lo que Canon advierte en su Facebook es que debemos ser conscientes de que al disparar con el balance de blanco ajustado en “auto”, lo que obtendremos es unos colores razonablemente saturados y nivelados, por lo que perderemos los matices más improbables, que son los habituales, por ejemplo, en una puesta de sol.
¿Qué hacer para no perder esos colores? Muy sencillo: irnos al menú de “balance de blancos” y elegir luz de día. Este balance sí se dejará seducir por los colores reales de una puesta de sol, y evitará que luego, con el Photoshop o el Lightroom, tengamos que retocar el balance cromático y la saturación para obtener los colores que realmente vimos sobre el horizonte.
Curioso y útil, ¿verdad?