Una de las costumbres más extendidas entre los foros dedicados a la fotografía (donde os aconsejo cambiéis impresiones para crecer de una manera crítica) es dejar un espacio para la propuesta de concursos de fotografía temática.
Ésta consiste, básicamente, en proponer un tema sobre el que debe versar nuestro trabajo.
Sí, pensaréis que es un ejercicio creativo bastante obvio, sin embargo no os creáis que se trata de algo tan sencillo: una cosa es que te propongan hacer una foto de algo tan extenso y evidente como “la naturaleza” y otra que te propongan trabajar sobre un concepto.
Por ejemplo: ¿y si te piden que trabajes cobre un concepto como la tristeza? ¿Qué fotografiarías? ¿Y si te piden (o te pides a ti mismo, por qué no) que fotografíes el color rojo o el concepto de diagonalidad?
Arrimarse a la fotografía conceptual siempre ayuda a observar la realidad desde una perspectiva mucho más rica, en la que los elementos que compondrán la escena parten de un sentido previo, de un prisma definitorio.
Por otra parte, cuando la temática gira en torno a un elemento esencial dentro de la técnica fotográfica (como la limpieza, por ejemplo), estos ejercicios nos ayudarán a exprimir al máximo nuestra noción de conceptos técnicos como la composición, la perspectiva o el empleo psicológico de los colores.
Como ya sabréis, en la red podéis encontrar un sinfín de páginas y foros en los que distintos aficionados y profesionales de la fotografía plantean retos creativos de este tipo; sin embargo, si sois muy solipsistas y preferís emprender vuestras aventuras en solitario, también podéis trabajar solos. Basta con que cada semana os impongáis una temática (conceptual o no) y que la exprimáis al máximo.
Y un consejo: observad cómo trabajan la misma temática que vosotros vuestros compañeros de foro o artistas que se caracterizan por su habilidad para jugar con conceptos.