Tina Modotti es mucho más que una mera fotógrafa. La artista italiana es un icono, una suerte de leyenda que ha inspirado libros, películas e incluso obras de teatro.
Nacida en Italia en 1896 emigró a los Estados Unidos con diecisiete años, donde trabajó como actriz hasta que a los veinticinco años conoció al gran fotógrafo pictoralista norteamericano Edward Weston, quien le enseñó todo lo que sabía.
Ya metida en el mundo de la fotografía emigró a México para convertirse en una de las activistas políticas más relevantes del siglo pasado. Entró en contacto con artistas como Diego Rivera y Frida Kahlo, y se afilió al Partido Comunista de México para luego crear el primer Partido Antifascista italiano.
En 1930 es acusada de intervenir en el asesinato del presidente de México, por lo que, gracias a la intervención de Diego Rivera (que evitó su ajusticiamiento), fue expulsada del país.
Tras vivir en la Unión Soviética y en Alemania se instaló en España y participó activamente en la Guerra Civil, alistándose en la célebre Quinta Brigada; y tras el final del conflicto volvió a México para seguir luchando contra el fascismo imperante en la época.
Murió en 1942 de un ataque cardíaco en un taxi, aunque hay libros que avalan la teoría de que en realidad fue asesinada.
A pesar de su vida convulsa y fascinante, Tina Modotti tuvo tiempo para convertirse en una gran fotógrafa que cultivó todo tipo de géneros, como el retrato artístico, el fotoperiodismo o la fotografía conceptual. Sus primeros trabajos fueron recibidos con desdén por parte de los sectores más conservadores de México, que vieron en sus desnudos una forma ácrata de entender la fotografía.
También destaca de su producción el desarrollo de series dedicadas a la ideología que siempre defendió (el comunismo).