Nos coge lejos, pero es lo de menos. “Conexiones y confrontaciones” nos atañe tanto como cualquier exposición celebrada en Madrid, Barcelona o la sala de la esquina. Sobre todo porque supone una forma de reivindicar a nuestros grandes fotógrafos más allá de los estrictos y débiles límites (sobre todo económicos) establecidos por nuestro Ministerio de Cultura.
De este modo, la exposición, que forma parte de los eventos englobados dentro del FotoWeekDC de Wasington, reúne el trabajo de artistas como Chema Madoz o Ouka Leele, aunque subraya sobre todo el papel ejercido por los primeros fotógrafos patrios, que han pasado prácticamente desapercibidos dentro de la historia de la imagen por culpa de la dictadura del señor Francisco Franco.
Así, según la responsable de la exposición, cualquiera de estos artistas “hubieran sido grandes de haber vivido en Francia”, lo que nos hace recordar a los que efectivamente decidieron emigrar, como Luis Buñuel, Pablo Picasso o tantos otros.
Un ejemplo trascendental a este respecto lo podemos encontrar en la obra de Ramón Masats, quien merece, por derecho propio, encontrarse entre los más importantes fotógrafos de la historia.
En cualquier caso, “Conexiones y confrontaciones” es una exposición esencial en la que no sólo se da cuenta de los últimos y convulsos 60 años de nuestra historia, sino también de la relación de respeto y admiración que las diferentes generaciones de fotógrafos ha mantenido a lo largo de los años.
Así, se destaca cómo hay un continuo proceso de aprendizaje a pesar de la censura y la ausencia de medios y foros sociales. Cada generación aprende de la anterior y aplica nuevas técnicas y perspectivas para integrarse dentro de las corrientes estéticas internacionales.
Hoy por hoy, como ya todos sabréis, la fotografía española se encuentra a la misma altura que la extranjera gracias a nuestros fotoperiodistas o incluso nuestros fotógrafos de boda, que se llevan premios a lo largo y ancho de todo el mundo.