Como ya tratamos cuando nos acercamos a esa genial película que es Apocalypse Now (sobre todo desde un punto de vista fotográfico), los colores no son meras impresiones sensoriales huecas u objetivas. El hombre, como ser emocional, liga los estímulos cromáticos a estados anímicos concretos. El rojo es pasión o alerta, el azul confianza y serenidad (¿por qué creéis que en las sucursales bancarias se abusa de este tipo de tonos?).
Bien, pues nuestro ejercicio creativo de hoy pasa justamente por poner a prueba nuestra relación con los colores y su sentido emocional e intelectual. Aunque es verdad que la psicología cromática pretende hacer de cada tono un estímulo con significado universal, válido para todos, lo cierto es que cada uno puede hacer de cada color un universo propio.
Obviamente, para generar o conocer este universo lo mejor es poner a prueba la semántica ordinaria de los colores. Buscar escenas en las que haya una predominancia cromática concreta. Por ejemplo: intentar expresar limpieza o pureza realizando tomas de la nieve o de sábanas. O hacer contrastar los tonos cálidos (pasión, vida) de una piel con la neutralidad limpia del blanco.
Todo esto puede parecer bastante obvio. Pero, ¿y si probamos a hacer justamente lo contrario? ¿Y se fotografiamos un cuerpo pálido sobre unas sábanas rojas? ¿Invertimos así los códigos? ¿Qué sensación obtenemos al hacerlo?
Mediante estos juegos de colores aprenderemos no sólo a utilizar consuetudinariamente la amplísima gama cromática que ofrece la realidad, sino a descubrir nuestro propio lenguaje tonal.
Por último, también es interesante poner a prueba el significado emocional e intelectual de los colores a través del procesado y el retoque de nuestras fotos en el ordenador.
Podemos emplear distintos virados sobre una misma imagen para ver cómo varía la sensación que transmite. Afinando más, podemos potenciar la intensidad de una gama cromática y reducir la de otra para ver cómo funciona.
En definitiva: el color y su significado es una magnífica herramienta para descubrir lo que llevamos dentro, para potenciar nuestra creatividad.