Como os comentábamos hace un par de entradas, el mejor reportero de lo sucedido en los EEUU durante el paso del ciclón tropical Sandy ha sido Instagram. 300.000 imágenes en apenas un par de días dan fe de la frenética actividad de los instagramers neoyorkinos durante la catástrofe natural, cuestionado el valor del periodismo de siempre y planteando la necesidad de adoptar nuevas formas de información que se adapten a los tiempos que corren.
Pues bien, la portada de la edición de la prestigiosa revista Time en la que se habla de todo lo acaecido durante la catástrofe viste una fotografía tomada con un iPhone a través de la aplicación Hipstamatic, lo que ha levantado un considerable revuelo entre los profesionales y los aficionados a la fotografía.
La imagen en cuestión ha sido realizada por Ben Lowy (quien, por otra parte, es fotógrafo profesional), y recoge el estado del mar durante la llegada de Sandy. No se trata, en realidad, de una imagen que destaque precisamente por su oportunismo. Es decir: no da cuenta de las posibilidades que ofrece la fotografía móvil para la fotografía documental, pero sí refleja una nueva situación tecnológica que puede determinar el futuro del fotoperiodismo.
Los más ortodoxos opinan que una fotografía así nunca debe sustituir la labor de los fotógrafos y sus cámaras profesionales, y que esta nueva estrategia periodística responde en realidad a una estrategia comercial: es mucho más barato disparar con un teléfono.
Los más sensatos (a mi parecer) consideran que no se trata de que la fotografía móvil vaya a sustituir a la de veras; sino de que en determinadas circunstancias la portabilidad y el oportunismo que ofrece la cámara de un dispositivo móvil permiten captar el momento oportuno con más rapidez y facilidad.
¿Qué opináis al respecto? ¿Deben enfurruñarse los periodistas gráficos o debemos tomarnos las cosas con un poco más de cordura?