Leemos en Engadget una noticia que va a terminar trayendo cola. Y si no lo hace ya es porque los grandes fabricantes de teléfonos móviles (básicamente Apple y Samsung) están demasiado ocupados mirándose el ombligo mientras se hinchan a vender teléfonos que emplean una tecnología que quedará obsoleta en apenas unas semanas.
Porque a ver: el que la cámara de un teléfono móvil ofrezca unos ocho megapíxeles, enfoque táctil, panorámicas y grabación de vídeo en Full HD no supone nada del otro mundo si consideramos que es algo que ofrece hasta la compacta más básica (por un precio infinitamente inferior).
Ahora bien: ¿qué sucede si implementamos el sistema presentado por Lytro en un smartphone? Pues que éste pega un salto cualitativo importante.
Para los que no estén muy al día, recordamos que Lytro presentó hace aproximadamente un año una nueva tecnología (cámaras plenópticas) que permitía enfocar una imagen tras tomar la fotografía. Toda una revolución tecnológica que a los más puristas les trae sin cuidado (y a los no tan puristas: para mí, hacer una foto es captar la propia forma de ver; no editarla o inventársela a posteriori).
Pues bien: Toshiba, que se dedica elementalmente a fabricar módulos para teléfonos, cámaras y ordenadores, acaba de anunciar que ha sido capaz de desarrollar esa misma tecnología pero empleando un sensor de unas dimensiones mucho más reducidas; esto es: que se puede meter en un móvil.
Además, aseguran que su sistema ofrecerá la posibilidad de reenfocar (o post-enfocar) no sólo fotografías; sino también vídeos.
Nos imaginamos que tanto Apple como Samsung estarán esperando a que pasen las Navidades para echarle el lazo a una innovación que hará las delicias de los fotógrafos más perezosos: ya no sólo podrán hacer sus pinitos fotográficos con un teléfono; ahora podrán hacerlo además sin tener en cuenta la obturación, la velocidad, la sensibilidad y, finalmente, el enfoque.
Un absurdo, vamos.