Robert Adams inició su carrera como fotógrafo preocupado por la manera en la que el oeste norteamericano, en el que nació, iba perdiendo poco a poco su identidad y su paisaje por culpa de la industrialización salvaje de sus preciosos parajes naturales.
Así, desde mediados de los años sesenta hasta la actualidad ha sido espectador imperturbable del deterioro de uno de los tesoros más fascinantes de los Estados Unidos.
De esta manera, su obra ha ido mostrando con sencillez y maestría la fusión de lo natural con lo humano, de lo legendario con lo postmoderno, siempre a través de magníficos libros como “Perfect Times, Perfect Places” o “Listening To The River”.
Desde el pasado día 15 podemos asistir a una exposición en el Reina Sofía de Madrid en la que se recogen 300 fotografías de Robert Adams, 300 tomas que resumen a la perfección la trayectoria del gran cronista norteamericano.
A sus 75 años, el fotógrafo de Nueva Jersey se ha convertido en una figura elemental dentro del paisajismo norteamericano, situándose a la altura de los grandes del género, como Berenice Abbott o Ansel Adams.
Cada una de sus obras supone no sólo una muestra del talento técnico de un gran artista, sino, sobre todo, el testimonio elocuente de un paisaje que nunca volverá, de un cambio profundo y elemental que se perderá en el olvido.
No en vano, la exposición “El lugar donde vivimos” también incluye una serie de apuntes y escritos del fotógrafo, en los que va dando cuenta de la salvaje transformación del ya dócil oeste norteamericano.
Las fotografías de Robert Adams ya han desfilado por museos como el MOMA de Nueva York, el Museo de Arte Moderno de San Francisco, el de Arte de Denver o el de Filadelfia.
“El lugar donde vivimos” podrá visitarse en el Reina Sofía hasta el próximo 20 de mayo.