Jill Greenberg es una fotógrafa y artista canadiense que ha sabido hacer de cada uno de sus proyectos una forma de controversia.
Nació en Montreal hace 45 años y se trasladó rápidamente a Detroit. Realizó sus estudios en la Escuela de Diseño de Rhode Island, donde se especializó en Bellas Artes.
En 2007 fue elegida como una de las fotógrafas más representativas del mundo por la revista Photo, y se especializó en la realización de campañas publicitarias para empresas de la envergadura Philip Morris, Polaroid, Microsoft, Coca-Cola, MTV, la Paramount o Disney.
El trabajo de Greenberg se caracteriza sobre todo por la búsqueda de la controversia, de las reacciones viscerales por parte de los espectadores. Su vinculación con el mundo de la fotografía publicitaria la han llevado a contemplar la realidad desde un punto de vista macabro, emocionalmente extremo.
Así, dos son los grandes escándalos que han rodeado su producción.
Por un lado, el que rodeó la exposición de su serie “End Times”, con la que pretendía expresar el horror que le producían la reelección de George Bush al frente del gobierno yanqui y el radicalismo cristiano norteamericano reinante.
Para ilustrar este horror realizó una serie de retratos hiperrealistas de niños llorando, a los que había arrebatado sus golosinas para lograr mayor naturalidad en sus expresiones.
Por otro lado, su serie sobre el político John McCain produjo un profundo revuelo al confesar que había aprovechado la sesión para realizar otras tomas del político en las que éste aparecía como un personaje siniestro, apoyándose además en retoques digitales.
En cualquier caso, Jill Greenberg es reconocida en la actualidad como una de las grandes retratistas de nuestro tiempo, como una combatiente artística que no duda en hacer uso del post-procesado digital para lograr la expresividad que requieren sus inquietudes políticas e intelectuales.