En sólo dos semanas el ejército iraní se ha anotado dos tantos en lo que se refiere al retoque digital de imágenes. Así, si hace apenas unos días trataban de colarnos la fotografía de un mono lanzado al espacio (no es broma), ahora vuelven a intentarlo con un precioso caza Qaher-313 surcando los cielos sobre el pico del Damavand.
El avión en cuestión había sido presentado recientemente con el fin de acongojar a los malévolos occidentales, un aparato presuntamente invisible a los radares enemigos y que amenazaba con el sembrar el pánico en la zona (lo que, en verdad, no es necesario: ya viven en un terror continuo).
La fotografía en cuestión no deja de producir cierto sonrojo, a pesar de que se trate de una clara forma de amenaza y responda a un clima bélico del que todos somos responsables o partícipes: no hay quien se trague el montaje. Aunque los manipuladores digitales iraníes han tenido la brillante idea de difuminar la cola del aparato para dar sensación de movimiento y combustión, el recorte del fuselaje (impreciso) y, sobre todo, la iluminación de éste es no se ha cuidado en absoluto. Es imposible que la espalda del caza no refleje ninguna clase de luz y sea prácticamente mate mientras sobrevuela un pico nevado.
Además, la toma, de ser real, plasmaría un momento tan de postal, tan estéticamente irreprochable, que cuesta imaginar a un piloto sacando una fotografía así.
Por supuesto, y como suele suceder con los manipuladores de lo real, este nuevo intento de malversación informativa no hace sino desacreditar las posibilidades reales del ejército iraní y su necesidad de recurrir a la mentira para acongojar a sus enemigos.
Al principio de la entrada os dejo la fotografía manipulada, y tras el próximo punto y final, la imagen original de la que se ha extraído el caza con Photoshop.
Ver para creer.