Seguimos con objetivos. En esta ocasión con el que acaba de presentar Olympus para su exitosa y muy venerada (y con razón) serie OM-D. Se trata de una revisión del M. Zukio 75-300 f4.8-6.7, que pasa a lucir un “II” a su vera y presenta importantes novedades.
Para empezar, su estética ha sido mejorada (aunque esto siempre sea relativo) para que se adecue mejor al aspecto de su cámara micro cuatro tercios estrella, llenándose de brillos y negros que reciben el nombre de Zero (Zuiko Extra-low Reflection Optical).
Para continuar, el objetivo (obviamente sólo válido para el sistema micro cuatro tercios de la firma) ha sido reconstruido por completo y ahora evita aberraciones y reflejos internos, así como los “ghost artifacts”.
Su apertura máxima se sigue manteniendo en un tal vez escaso f4.8 (susceptible de transformarse en f6.3 en el momento en el que utilicemos el zoom), claro que tampoco hay que echarse las manos a la cabeza cuando estamos hablando de una focal que va, en paso universal, desde los 150 hasta los 600mm.
Por supuesto, está estabilizado para que podamos trabajar sin miedo con todo el potencial de su zoom, y además dispone de un motor de enfoque (el MSC) rápido, silencioso y preciso, especialmente adecuado para grabar vídeo.
En lo que se refiere a sus virtudes estrictamente fotográficas, nos lo venden como una focal capaz de funcionar especialmente bien en los retratos, los macros y, por supuesto, esos robados en plena calle a decenas de metros de distancia.
Para tratarse de un objetivo con un zoom tan poderoso, el M. Zukio 75-300 f4.8-6.7 pesa menos de medio kilo, lo que facilita ostensiblemente su manejo y su transporte.
Saldrá a la venta el próximo mes de marzo por unos 550€; aunque si no os convencen del todo sus mejoras o no os parecen lo suficientemente relevantes, recordad que su lanzamiento será un momento ideal para hacerse con el modelo anterior por un precio muy reducido.