Como la nueva y flamante Canon EOS 100D se ha llevado toda la atención de los medios de comunicación, la Canon EOS 700D, sucesora de la 650D, ha pasado un poco desapercibida, a pesar de que la propia marca la haya bautizado como “el modelo EOS más avanzado hasta la fecha” (algo del todo lógico si consideramos que es el último modelo lanzado al mercado).
Sus principales características son su sensor CMOS de tamaño APS-C de 18 megapíxeles, su procesador Digic 5 (de hecho, esta nueva 700D es muy similar a la 100D en lo que a prestaciones se refiere), su enfoque híbrido de nueve puntos en cruz, el disparo en ráfaga de 5 frames por segundo y su pantalla trasera abatible y táctil.
A diferencia de la 100D, la 700D permite emplear controles manuales en la grabación de vídeo (Full HD), aunque calca su visor óptico con una cobertura del 95%.
Canon habla ya de su cámara de gama media por excelencia como de la réflex ideal para aquellos aficionados a la fotografía que pretenden adentrarse dentro del mundo profesional.
Y de postre, Canon renueva su EF-S 18-55mm f/3.5-5.6 IS
Compañero inseparable de las cámaras de gama baja de Canon, el objetivo antes conocido como “el pisapapeles” también ha sido renovado, empezando a parecerse al fin a un objetivo de verdad.
Si en anteriores renovaciones ganó en luminosidad y estabilidad, en esta ocasión añade las siglas STM (“Stepping Motor”) a las consabidas IS (estabilizado). Dicho motor tiene como función que la estabilidad mejore aún más, evitando el desenfoque “producido por el movimiento”.
Así, ahora pasa a llamarse Canon EF-S 18-55mm f/3.5-5.6 IS STM; aunque la propia firma insiste en que se sigue tratando del más “estándar” de sus objetivos (esto es: el más elemental).
Tanto la Canon EOS 700D como el objetivo 18-55 estarán disponibles en todo el mundo a partir de finales del mes de abril.