Gabriele Galimberti es un fotógrafo italiano que entiende la fotografía como una aventura. Más allá de que sea un maestro de la técnica, de que tenga un ojo que ni Cartier-Bresson (que no es, obviamente, el caso) o de que utilice una cámara u otra, el fotorreportero es un viajante perpetuo que busca contrastes y experiencias a lo largo y ancho de todo el mundo.
Así, como buen amante de la gastronomía, uno de sus proyectos más célebres, inteligentes (porque se pone las botas comiendo) y curiosos consiste en ir probando la mejor comida de las abuelas de todo el mundo, aprovechando la tesitura para meterse en su cocina y echar unas fotos.
“Toy Stories”, por el contrario, es un proyecto de mayor enjundia antropológica. Con él, Gabriele Galimberi se ha propuesto mostrar la relación que establecen los niños con sus juguetes preferidos en todo el mundo.
Y esto resulta de sumo interés porque en el juguete de un niño se acumulan todas las influencias culturales, sociales y económicas. El niño y “su posesión más preciada” son un espejo objetivo lleno de claves.
Las fotografías muestran a niños de diversos países y culturas en un rincón de su cuarto (cuando lo tienen) rodeados por sus juguetes más estimados (o por los únicos que tienen). Así, podemos ver tanto a una niña occidental, en su cuarto rosado, rodeada por decenas de muñecos y cachivaches; como a un niño africano en una esquina de su cabaña con su único juguete: un mono de peluche.
Si esto es ya interesante, más lo es aún el hecho de que el aventurero italiano ha ido descubriendo con su trabajo ciertas constantes en este muestrario de cariños y posesiones: los niños que más juguetes tienen se muestran remisos a la hora de compartir sus muñecos; mientras que los niños más pobres disfrutan compartiendo lo poco tienen. Por otra parte, los juguetes siempre reflejan qué es lo que se espera de ellos en el mundo en el que viven. En los países industrializados se incentivan el consumo y la adopción de roles beneficiosos para preservar el status quo de su cultura; en los países críticos, las metralletas sustituyen a las barbies.
En la página del indagador italiano podéis encontrar más proyectos e imágenes aventurados.