Los Premios Ortega y Gasset de periodismo fueron creados por el diario El País hace ya 29 años, y su función es la de reconocer aquellos trabajos gráficos y escritos que más calidad y objetividad han tenido a lo largo del año dentro de los periódicos publicados exclusivamente en territorio español.
Tras recibir el tercer premio dentro de la pasada edición del World Press Photo, el fotógrafo zaragozano criado en Jerez de La Frontera Emilio Morenatti tenía todas las papeletas para llevárselo, y al final, efectivamente, así ha sido.
De su serie dedicada a los altercados acaecidos en la Ciudad Condal durante la huelga general del pasado 29 de marzo de 2012, dos son ya las imágenes galardonadas.
En la primera (premio World Press Photo), Mireia Arnau (sí, su nombre ya ha trascendido) llora tras un cristal de su tienda agrietado por la violencia de algunos manifestantes; mientras que en la segunda, que se ha llevado el Ortega y Gasset, la misma Mireia ruega para que la violencia pare.
Son dos tomas muy similares en las que se juega con los mismos elementos, y en las que sólo varía la expresión de la protagonista, que pasa del llanto al ruego.
Desde luego, se hace muy difícil elegir entre una de las dos, aunque, por la composición y el gesto, yo me quedo con la segunda.
La organización del Premio Ortega y Gasset ha destacado de la toma que “al observarla, uno siente el miedo de la dependienta”, y, desde luego, no anda desencaminada. La fotografía de Morenatti está llena de líneas y motivos que ayudan a reforzar la desesperación de la protagonista ante la violencia.
Emilio Morenatti es un grande del fotoperiodismo español, y siempre se ha hallado presente en los conflictos más significativos de nuestro tiempo (en los que fue secuestrado y en los que llegó a perder un pie), como el de Gaza o el de Afganistán.