Instagram sigue generando realidades aumentadas (o disminuidas, según qué casos) y demuestra, una vez más, que sus prestaciones van mucho más allá de lo meramente fotográfico.
Porque asumámoslo, la aplicación propiedad del Señor Mark Zuckerberg no entrará a formar parte de la historia de la fotografía por la calidad que ofrece, sino sola y exclusivamente por su repercusión mediática, por su capacidad para generar modas y hacer amigos.
La ONG Manos Unidas, que además de realizar una gran labor tiene muy buen ojo, acaba de presentar el primer filtro con fines solidarios para la aplicación, denominado Food Share Filter.
Su función esencial es la de recaudar dinero (cuesta sólo 0,89€) para combatir el hambre; algo del todo necesario si consideramos que 870 millones de personas pasan hambre en todo el mundo (mientras tiramos más la mitad de nuestra comida a la basura) y que la desnutrición es la causa directa de la muerte de más de 2,6 millones de niños menores de cinco años al año.
Para colaborar con la ONG a través del filtro sólo tenemos que comprarlo utilizando los medios habituales (App Store o Google Play) y luego emplearlo y difundir su utilidad entre nuestros contactos en la red social.
Por supuesto, el filtro se presenta como un automatismo ideal para fotografiar comida (ha sido diseñado por la empresa española DDB), lo que entraña un precioso paralelismo: mientras le damos nuestros 0,89€ a Manos Unidas también compartimos virtualmente fotografías de la comida que vamos a llevar hasta los más desfavorecidos.
Un punto para la aplicación fotográfica más empleada en los smartphones y otro para Manos Unidas por su incansable labor, su buen ojo y su capacidad para sacar provecho a las nuevas tecnologías.