Cuando en fotografía se emplean las siglas BBC no se suele hacer alusión a la multinacional informativa que todos conocemos, sino una referencia más bien despectiva a aquellos fotógrafos que se dedican a las bodas, los bautizos y las comuniones.
Algunos fotógrafos artísticos (no todos, obviamente) suelen ver en los fotógrafos de BBC las antípodas de la fotografía pura, artística y creativa. Un mero trabajo rutinario compuesto por situaciones idénticas y procesados ñoños.
Pero esto no es en absoluto cierto, y menos aún en esta situación de decadencia económica e intrusismo laboral (¿quién no se cree fotógrafo por el mero hecho de tener una réflex?) en la que es necesario diferenciarse de lo obvio a través de la creatividad.
El máximo exponente de esta conjunción entre creatividad, arte y trabajos de encargo es el almeriense Carlos Felipe Ortiz, quien fue galardonado el pasado año con uno de los premios fotográficos más importantes del mundo: el de Mejor Fotógrafo Europeo del Año en Bellas Artes (concedido por la Federación Europea de Fotógrafos).
Claro que el premio no debió cogerle por sorpresa, ya que en el año 2010 se hizo con el Award International Wedding Photographer en los EEUU y el Wedding Gold Award International en Europa.
En otras palabras: nos encontramos ante el mejor fotógrafo artístico y de eventos sociales que hay actualmente en el mundo.
¿Y cómo se pueden conjugar con tal maestría dos mundos en apariencia tan dispares? Según palabras del propio Carlos Felipe Ortiz, con amor por tu trabajo. Cada encargo es una oportunidad para crear, no sólo una oportunidad para ganarse la vida.
El artista almeriense estudió Fotografía artística en su ciudad natal, y además de ser el responsable del estudio de fotografía más cotizado de Europa imparte talleres y clases (en su Facebook podéis encontrar información a este respecto).
Poco hay que decir de su estilo salvo lo que podéis ver en las imágenes que acompañan este post: un impresionante talento para hacer de una boda una obra de arte, una técnica exquisita, valentía para arriesgarse con formatos poco habituales (¿un ojo de pez en una foto de boda? ¿por qué no?) y su amor por los entornos geométricos y naturales.