Que Joyce Tenneson sea considerada como una de las 10 mejores fotógrafas de todos los tiempos llama sobremanera la atención: es escurridiza, poco conocida, no hace ascos al pictoralismo y trabaja fundamentalmente con una cámara con la que muy pocos sabrían qué hacer: una Polaroid ultraluminosa con un sensor de 20×24.
Nació en Weston, Massachusetts, en 1945, y se inició en el mundo de la fotografía cuando aún era una adolescente, fascinada por su propio cuerpo y su propia identidad. Así, hasta los veintitantos años se dedicó a hacer, de manera exclusiva, autorretratos.
Su madurez artística le llegó cuando se sintió preparada para entender y admirar la identidad de los demás, de tal modo que hizo de su cámara un testigo poético de la belleza que reside en la existencia de cada persona. Tenneson busca tras la mirada o el cuerpo armonías y caracteres llenos de sensualidad y personalidad. Para ella, todo el mundo tiene algo esencialmente suyo, algo que nos hace únicos y especiales.
Sus retratos son sólo una búsqueda infinita de esa preciosa identidad.
Reconocida como la mejor fotógrafa artística de su generación, jamás ha trabajado para nadie salvo para ella misma. La mayor parte de su obra se encuentra en colecciones privadas, y ha ido viendo la luz gracias a la publicación de preciosos libros, entre los que destaca Wise Women.
Su fotografía es claramente pictoralista. Sus retratos de mujeres desnudas o semidesnudas con telas transparentes recuerdan ineludiblemente al prerrafaelista Alphonse Mucha: luces que parecen surgir de la nada, flores y peinados, fondos turbios y preciosistas.
Siempre ha trabajado con gelatina de plata, virados vintage (por supuesto, de estudio) y su inseparable Polaroid, con la que hizo una espectacular carrera cuando se trasladó a vivir a Washington.
Sus fotografías han sido expuestas en más de 150 exposiciones dedicadas de forma exclusiva a su persona, y le han valido reconocimientos y premios como el Photographer of the Year de la organización internacional Women in Photography, el Lucie a Fine Art Photographer of the Year, o el premio a toda una vida de la Asociación de fotógrafos profesionales de América.