El nuevo documentalismo nació en el momento en que el fotógrafo decide dejar de tratar las escenas como un espectador objetivo para involucrarse en ellas. El viejo paradigma periodístico de la verdad aséptica se terminó mostrando como una falacia en el instante en el que se reconoció que es imposible tomar una fotografía sin implicarse de alguna manera en lo fotografiado.
Danny Lyon es, a este respecto, una de las figuras más elementales dentro de la historia de la fotografía. Su nuevo documentalismo partía de la vivencia en primera persona de lo documentado, y junto con fotógrafos como Robert Frank inició el movimiento conocido como Concerned photographers (fotógrafos comprometidos).
Ahora llegan a la Sala San Benito de Valladolid dos de sus series más representativas, que dan buena cuenta de esta filosofía documental.
The Bikeriders, realizada entre 1962 y 1966, muestra la vida de los moteros norteamericanos desde las entrañas del propio movimiento. Danny Lyon se convirtió él mismo en miembro de una banda de bikeriders, y consiguió algunas de las fotografías más emblemáticas del movimiento cultural.
Unos años antes de realizar su serie más legendaria, Lyon ya comenzó a jugar con la idea de compromiso a través de la segunda serie presentada en la exposición que ahora se presenta en Valladolid: Uptown, una suma de escenas y retratos en los que muestra de manera descarnada y subjetiva la vida de los primeros inmigrantes llegados a Chicago desde los Apalaches y el sur del continente americano.
La muestra constituye, en consecuencia, un canto al nuevo documentalismo a través de la cámara de un autor que jamás quiso diferenciar su obra de su propia vida, inaugurando un género que vive en nuestros días su era dorada.