Quizás uno de los atractivos más evidentes de las antiguamente denominadas cámaras bridge (ahora las llaman compactas a secas) se encuentra en que además de ofrecer la posibilidad de disparar en manual y en formato RAW, montan un objetivo integrado que trata de satisfacer todas las necesidades del usuario medio.
Es decir: no ofrecen la posibilidad de montar distintos objetivos, pero el que trae integrado suele ser lo suficientemente versátil y luminoso como para no echar de menos una óptica diferente (lo que implica, lógicamente, un ahorro ostensible de dinero).
Pues bien. La última moda dentro de las cámaras bridge es la de ofrecer el objetivo integrado más potente del mercado, para que ni se nos pase por la cabeza invertir en una micro cuatro tercios.
De este modo, Nikon, que pasa bastante de las tecnologías sin espejo, acaba de presentar una bridge de aúpa que monta un objetivo con un zoom de 60 aumentos y una luminosidad máxima de f3.3. Una bestialidad que además puede ver multiplicado por dos su rendimiento a través de software sin perder calidad por el camino (lo siento, pero no me lo creo).
Es decir: la nueva Nikon Coolpix P600 ofrece un zoom que parte de los 24mm para llegar hasta los 1440, que a su vez se convierten en 2880 si aplicamos la multiplicación o el recorte por software.
Por lo demás, la nueva bridge estrella de Nikon posee un sensor CMOS retroiluminado de 16 megapíxeles, visor electrónico, pantalla articulada y conexión WIFI.
Además, graba vídeo en Full HD, ofrece un disparo en ráfaga de 7 fotos por segundo y posee un sistema de enfoque avanzado que se acerca bastante al de las réflex.
Por supuesto, para no ir perdiendo la costumbre, desconocemos aún su precio final.