Si ayer hablábamos del cuestionable gusto del nuevo servicio de tuneo de Fujifilm bautizado con el nombre de X Signature, hoy le toca el turno a la siempre rutilante Leica, que ha dado permiso para que Colette, una tienda francesa, tunee uno de sus modelos.
Se trata, para más señas, de uno de los modelos más económicos de la firma, la Leica C, que se puede adquirir ahora con un extravagante dibujo sobre el cuerpo de la cámara en el que se puede ver (no sin impavidez) una extraña mezcla de Hello Kitty con la conejita de Playboy.
¿A qué responde semejante aberración? Pues a los sendos cumpleaños de la gatita y la conejita (40 y 60 años respectivamente), que por un capricho del destino (y de un publicista de dudoso gusto) han ido a coincidir sobre el cuerpo de una Leica.
Por suerte, son sólo 10 las cámaras que integran esta edición especial, por lo que se dejarán ver bien poco por las calles.
Lo más sangrante del asunto, en mi opinión, es la aquiescencia de Leica en este negocio. Porque uno puede proponerle a la marca alemana que saque una edición limitada con dibujos de la Warner (lo que tampoco estaría mal) o lo que se le ocurra, que al final será la excelsa firma la que decida si lanza o no la edición limitada.
Recordar que la Leica C es a su vez una reformulación de la Panasonic Lumix LF1, una suerte de compacta avanzada que integra controles manuales y luce un buen sensor CMOS de 12 megapíxeles, y que ya en su día dio que hablar por tratarse de un mero reciclaje del modelo de Lumix.
Eso sí, si la Leica C original costaba entre 500 y 700€, para hacernos con la versión Play-Kitty tendremos que desembolsar 900.