Innumerables son las ocasiones en las que hemos hablado de la idoneidad de disparar en formato RAW. Es la única la manera de trabajar en digital sin decir adiós a la calidad que ofrecían (y ofrecen) las fotografías analógicas.
Resumiendo brevemente la principal razón por la que debes disparar en este formato: nuestros archivos de imagen no tendrán compresión de ninguna clase. Es decir: el archivo RAW conserva todos los pormenores de la toma, y facilita enormemente cambiar o retocar parámetros que desaparecen cuando trabajamos en JPG o incluso en TIFF.
Sin embargo, son muchos los que no se aventuran a dar el paso por razones un tanto bizantinas, como que el procesador RAW que ofrece Adobe Photoshop es muy limitado en comparación a lo que podemos hacer con un JPG.
Pues bien, ya es hora de cambiar el chip y considerar la posibilidad de procesar nuestras imágenes con programas destinados específicamente al tratamiento de archivos RAW, como Lightroom o Capture One; y de visitar páginas didácticas creadas al efecto como Processing Raw.
Con sólo un mes de vida, la página temática ha conseguido abrirse paso en el siempre saturado mundo de la información fotográfica digital gracias a una cualidad poco usual en la abigarrada fotosfera: claridad y sencillez; nada de personalismos y mucho de didáctica.
Processing Raw ofrece sencillos tutorales en los que su autor explica, paso a paso, cómo alcanzar unos resultados dados. Partiendo de una fotografía en bruto (en RAW), podemos ver, con sólo deslizar el puntero sobre ella, cómo quedará cuando la tratemos, e invita a todos los aficionados y profesionales que quieran a que suban sus propios trabajos.
A esto hay que unir una serie de categorías que facilitan enormemente un proceso rápido de aprendizaje: una de antes/después, otra de tutoriales u otra con un blog en el que se habla de métodos de procesado.
Sólo nos resta dar la enhorabuena a su desarrollador y desearle la mejor de las suertes.