Lo de presentar una cámara, que te pongan los dientes largos, y que luego te dejen con la incógnita de saber cuánto costará y cuándo saldrá al mercado parece ser una constante dentro del mundo del márketing. Tampoco sabemos si se trata de una estrategia que termina generando efectivamente mayores ventas, pero lo cierto es que ansiedad sí que genera.
Por ejemplo: es lo que sucedió cuando el pasado mes de abril Sony se descolgó con la presentación oficial de una de las cámaras más apetecibles de cuantas se han anunciado a lo largo del último año.
La Sony A7S es, probablemente, y sobre el papel, la mejor cámara sin espejo que uno se puede imaginar; un modelo que da al fin sentido a los modelos de este formato por las especificaciones anunciadas: sensor de formato completo de resolución comedida (sólo 12,2 megapíxeles), cuerpo de dimensiones reducidas y una sensibilidad escandalosa: 409.600 ISO.
Si a todo esto sumamos su capacidad para grabar vídeo en formato 4K o una velocidad de obturación poco común en las cámaras de sensor grande (velocidad de obturación de hasta 1/8000), las expectativas generadas son más que razonables.
Hoy, finalmente, Sony ha dado su brazo a torcer y ha hecho públicos la fecha de salida de la cámara, que se producirá el próximo mes de julio, y su precio final, que será de 2.400€ y se ajusta a los rumores que se han vertido en la red desde que se presentó el modelo.
Ahora llega el momento de la verdad y considerar si la Sony A7S merece realmente la pena por su relación calidad-precio. Así, habrá quien considere que por ese dinero puedes hacerte con una réflex profesional con mayor resolución y habrá quien considere que la sin espejo merece la pena por su grabación en 4K y su tamaño.
¿Qué opináis vosotros?
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