Las relaciones entre información y poder siempre han sido conflictivas. De hecho, se puede constatar en toda época y lugar cómo siempre han existido medios afines al status quo y medios que han tenido que sufrir incluso una mal disimulada persecución.
En esta ocasión le ha tocado el turno a los fotoperiodistas José Colón y Sergi Cámara, que se desplazaron hasta las inmediaciones de la valla de Melilla para informar sobre lo que lleva sucediendo entre las fronteras de España y Marruecos desde hace ya demasiados años.
Así, grabaron una serie de vídeos que han dado la vuelta al mundo y en los que se puede observar cómo los inmigrantes son tratados con absoluta brutalidad por parte de la policía marroquí dentro de la zona española, mientras los guardias civiles no mueven un dedo.
Cuál fue su sorpresa cuando, mientras guardaban ya su material de trabajo, la Guardia Civil los detuvo para multarles por lo que ellos mismos califican como una “infracción grave”, que se ha traducido finalmente en una multa de 150 euros para cada fotoperiodista.
Según la Guardia Civil, José Colón y Sergi Cámara habían traspasado la “zona de seguridad”, poniendo en peligro su propia vida y las posibles actuaciones de las autoridades; claro que, según los dos periodistas, lo descrito por aquéllas no se corresponde con la realidad.
Dice Colón, según declaraciones recogidas en El Diario, que la “zona de seguridad” es sólo una coartada para delimitar el derecho a la información, de tal modo que se trata de un espacio completamente indefinido cuyas proporciones varían en función de los intereses del gobierno.
Y termina señalando, no sin sarcasmo, que “dentro de poco la “zona de seguridad” empezará en nuestra casa”.
Fuente: El Diario