Si ya hemos visto lanzamientos de todos los colores en Photokina 2014, ahora le toca al turno a las compactas, que están resistiendo como pueden la embestida de los smartphones y se reinventan a cada paso centrándose en aquello que los móviles no pueden (con excepciones) ofrecer: un sensor en condiciones.
Canon G7X: siguiendo la estela de la Sony RX100
Así, además de presentar la muy reseñada Canon EOS 7D Mark II, Canon ha desvelado una nueva compacta con la que pretende volver a ganar presencia en un sector que tenía prácticamente abandonado.
Y parece que los nipones han hecho los deberes bastante bien: la Canon G7X tiene muy poco que envidiar a la reina de la fiesta (la Sony RX100), y se atreve con unas especificaciones que prometen procurar sustanciales dividendos a la compañía.
Para empezar, viste un sensor CMOS retroiluminado de una pulgada, lo que la sitúa inmediatamente en la gama alta del nicho, y propone una resolución de 20 megapíxeles efectivos, al igual que la ya mencionada Sony.
Utiliza el procesador Digic 6 que ya podemos encontrar en la mayor parte de las cámaras réflex de Canon, lo que le permite trabajar con una velocidad ISO de 12.800 y un disparo en ráfaga de hasta 6,5 tomas por segundo.
Por supuesto, permite disparar en formato RAW, y monta un sistema de enfoque basado en 31 puntos, lo que supera ampliamente lo ofrecido por la mayor parte de los modelos de la competencia.
En lo que se refiere a su objetivo (integrado), la Canon G7X monta un interesante Canon f/1.8 24-100mm, que sacrifica alcance focal por una mayor calidad de imagen. Además tiene una rueda frontal para manejar las diferentes opciones de disparo.
Por último, graba vídeo en Full HD, carece de visor (un punto menos para Canon) y dispone de conexiones WIFI y NFC.