Cuando todo parecía indicar que las cámaras compactas estaban destinadas a desaparecer debido al auge de la fotografía móvil, la moda de los selfies ha venido a servir como presunto salvavidas de las otrora reinas del mercado.
No en vano, a nadie se le ocurrió, hasta la llegada de los teléfonos móviles, que la fotografía de consumo podía derivar en la explotación de una moda que tiene tantos adeptos como inquisidores; pero lo cierto es que han sido aquéllos (los teléfonos móviles) los que están insuflándole vida a las compactas.
Nikon Coolpix S6900
La última compacta de Nikon no tiene otra razón de ser o mayor reclamo que los mencionados selfies. De hecho, de no ser por un par de detalles, nos encontraríamos ante un modelo sin mayor atractivo que pasaría irremediablemente al olvido en apenas un par de semanas.
Con un diseño visto ya millones de veces tanto en la competencia como en la propia Nikon, la Coolpix S6900 viste un sensor CMOS de reducidas dimensiones en el que guarda 16 megapíxeles. Tiene un objetivo integrado del montón (zoom de 12 aumentos y luminosidad máxima de f/3.3) y graba vídeo en Full HD.
Su pantalla trasera de 3 pulgadas es articulable, como tantas otras del mercado, y dispone de WIFI y un montón de controles automáticos y filtros creativos para no tener que andar aprendiendo a hacer fotos.
Ahora bien, los ingenieros de Nikon han introducido una pequeña pestaña en uno de los lados de la cámara, lo que permite que ésta se pueda colocar en cualquier sitio con una muy relativa estabilidad para que nos hagamos autorretratos y así nos convirtamos en los reyes de la fiesta (real o digital).
Aún se desconocen el precio y la fecha de lanzamiento de esta Nikon Coolpiex S6900, aunque nos imaginamos que se quedará dentro del sector más económico del mercado.